¿Qué es?
El bótox es el nombre que corresponde a la sustancia química llamada toxina botulínica y, como tantas otras cosas en el mundo de la medicina y la estética, se llegó a la conclusión de que servía para tensar las arrugas del rostro de casualidad. Fue en 1987 cuando la doctora Jean Carruthers, tratando a un paciente de blefaroespasmo, se dio cuenta que después de varios días de habérselo suministrado, la zona de la piel que rodeaba los párpados, estaba mucho más estirada.
Así, empezó a utilizarse como alternativa a la cirugía estética cuando se quiere engañar al reloj y ralentizar el envejecimiento de la piel. Son muchas las famosas que han pasado por quirófano para intentar mantenerse jóvenes o cambiar algún rasgo que no les gustase, ¿crees que siempre ha sido para bien?
¿Cómo se pone?
Con una inyección muy fina en el músculo debajo de la piel de la zona que se desea tratar. Primero se desinfecta un poquito la piel con una gasa y alcohol y a continuación se coloca hielo en la zona a tratar para disminuir el dolor del pinchazo. No es un gran dolor y además dura décimas de segundo.
¿Quién lo pone?
Es fundamental que esto lo haga un médico, jamás debe hacerlo un esteticista o similar y debes desconfiar siempre de cursos específicos que, por mucho que se hayan hecho, no sustituyen a la labor de un médico.
¿Dónde se pone?
Obviamente, es a criterio del paciente pero teniendo en cuenta que paraliza el músculo, solo debe ponerse en la frente y un poquito, no demasiado, en las patas de gallo. Ponérselo en las mejillas hará que el rostro pierda la expresividad.
¿Cómo actúa?
Lo que el bótox hace es paralizar el músculo lo que trae consigo que se relaje y no se mueva y, por consiguiente, que se estire. Las arrugas que tenemos en el rostro son producto del paso del tiempo (pérdida de la elastina de la piel) y de la constante gestualidad. Con el bótox se pierde esa facilidad de movimiento del músculo durante un tiempo, unos cuatro meses, lo que facilita a la piel estirarse.
¿Cada cuánto tiempo?
Eso también depende de cada paciente pero lo ideal es ponérselo cada cuatro o seis meses. Sobre todo lo que los pacientes deben tener en cuenta es que la estética está para ralentizar los efectos del paso del tiempo, nunca para frenarlos. Envejecer forma parte de la vida y una cosa es atenuar los efectos haciendo que pasen más desapercibidos y otra es pretender con sesenta años aparentar treinta.
Contenido elaborado en colaboración con Clínica Bruselas.
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