Procedimiento
La sesión no es excesivamente larga; por norma general, no suele sobrepasar los veinte minutos. En función de la zona que quieras depilarte, deberás desvestirte. Tanto para la zona del bikini como para el resto del cuerpo la esteticista te pedirá que te quedes en ropa interior. Si optas por una depilación más profunda en las ingles, te recomendamos que te pongas tanga.
Una vez acomodada, empieza la sesión. En primer lugar, la esteticista extenderá la cera con la ayuda de una espátula en el lugar indicado y, a continuación, desprenderá la tira cuando esté seca. La sesión finalizará con las pinzas de depilar para repasar los posibles pelillos rebeldes que no hayan querido abandonarte tras el tirón inicial. ¡Así que no hay nada que temer! Si estás acostumbrada a la cuchilla, necesitarás un tiempo para adaptarte. Pero una vez te familiarices con la cera, no querrás oír hablar de ningún otro método (que no sea la depilación definitiva, claro).
Una vez terminada la sesión tendrás por delante tres semanas libres de vello en las que podrás lucir pierna o cuerpazo serrano en la playa como una celebrity más.
Ventajas e inconvenientes
A diferencia de la cuchilla, la cera arranca la raíz y el pelo no vuelve a crecer hasta tres semanas después; cuando lo hace éste ya es mucho más fino. Además, cuentas con la garantía de un trabajo realizado por profesionales. Muchas chicas prefieren no enfrentarse solas a la depilación integral del pubis. Y es que esta operación tan delicada es mejor llevarla a cabo en un centro especializado. Pero a las valientes que lo hacen por su cuenta: ¡Bravo!
Sin embargo, dejarse mimar en un salón de belleza tiene un coste. Ahora bien, no tienes por qué depilarte todas las zonas. Puedes ir sólo para las que te inspiren más respeto, para aquellas que no te veas capaz de tratarte tu misma.
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