La piel tiene varias funciones de vital importancia para el correcto funcionamiento del organismo, y una de ellas es la de actuar como una capa impermeable a los microorganismos y a la contaminación del exterior. Esta barrera será eficaz siempre y cuando se mantenga intacta, es decir, no se pierdan las propiedades que permiten que funcione como tal.
La presencia de una capa de grasa natural sobre la piel, indetectable para el ojo humano pero que le permite lucir suave e hidratada, es una de los factores que impiden que las sustancias del exterior la agredan. Pero, en ocasiones, si nos excedemos en el lavado con agua y jabón, nos exponemos a ambientes muy secos o muy fríos, y no le aportamos hidratación suficiente, nuestra piel puede perder esta capa grasa protectora y comenzar a irritarse, llegando a aparecer eccemas en determinadas zonas que requieren de un tratamiento específico y más intenso para recuperar la salud de la piel.
A todo lo anterior, también debemos explicar que un estado anímico alterado, por estrés o tristeza, puede favorecer que los eccemas aparezcan más fácilmente y que sea más difícil controlarlos.
Para tratar de mantener la piel en unas condiciones óptimas y evitar la aparición de los eccemas, lo más adecuado es realizar duchas diarias cortas, con agua templada y aplicando un jabón suave sólo en las zonas sometidas a sudoración.
Salvo que el trabajo que desempeñemos requiera que estemos en contacto con mucha suciedad, nuestra piel no precisa del frotado diario con esponja y jabón, ya que puede perjudicarle al retirar la grasa protectora natural. Además, lo ideal es aplicar una buena crema hidratante después de cada ducha, para así reponer la capa lipídica de la piel y aportarle hidratación. Si a pesar de todas estas indicaciones, sufrimos de eccemas de forma habitual, lo ideal es que acudamos al dermatólogo quien nos indicará qué tratamiento debemos llevar a cabo para controlarlos.
En ocasiones, si los eccemas están aún muy incipientes, podemos mejorarlos sólo aplicando una crema hidratante intensa en la zona, pero si ya llevan tiempo instaurados, requeriremos un tratamiento más potente.
Contenido elaborado por la Dra. Cristina de Hoyos, dermatóloga y directora técnica de Clínicas Ceta.
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