Madre coraje, mujer valiente, estrella del celuloide y una auténtica heroína de carne y hueso. Estos son solo algunos de los adjetivos con los que podemos describir a María Belón, superviviente del tsunami que azotó el Océano Índico en la Navidad del 2004. Aprovechando que el Año Nuevo se acerca y que queremos enfrentarnos a él con un espíritu positivo, nada mejor que hacer caso de sus palabras. ¡No te pierdas detalle!
María Belón se sube al escenario del Teatro Real de Madrid como participante del World Bussines Forum. Lo hace con una gran sonrisa, ese gesto amable que la caracteriza y que nos hace olvidar todo lo que ha vivido. "Una experiencia dura y difícil de la que mi familia y yo nos trajimos muchos aprendizajes", tal y como ella misma afirma. Y es que María Belón ha sabido verle la parte positiva al infierno en el que se convirtió su vida aquel 26 de diciembre de 2004. Once años después descubrimos a una mujer optimista que nos muestra sus enseñanzas y nos invita a ser más positivas y librarnos de lo que nos sobra.
"La vida es extremadamente generosa y nos ayuda a superar nuestros miedos"
"Desde que regresé del tsunami, me apegué a esa parte más oscura de la vida que es la parte del dolor y escuché muchas historias y todas eran iguales a la mía. La sensación de pasar por debajo de un tsunami era algo tremendamente universal." Nos dice María Belón refiriéndose a esos pequeños o grandes tsunamis que tambalean nuestra vida en el día a día.
Esta heroína nos cuenta cómo antes del tsunami, el poder y la fuerza del mar era uno de sus grandes miedos. De hecho, relata que desde que fue madre, tenía una pesadilla recurrente en la que una gran ola gigante se llevaba a sus hijos. Algo que parecía ser un reflejo de lo que más tarde le pasaría en la vida real. "Yo me llevaba mal con mis miedos y lo que hacía era intentar escabullirlos y evitarlo. Pero la vida, que es extremadamente generosa, me dio la oportunidad de vivir mi peor pesadilla y os puedo asegurar que es el mejor regalo que la vida me ha hecho. Aunque sean un poco extraños y estén envueltos de una forma diferente, hay que vivirlos como regalos."
En este evento, María Belón repite una y otra vez una de las frases que su padre le decía cuando era pequeña: 'Vale la pena vivir por lo que vale la pena vivir'.
"Yo, igual que todos vosotros, soy superviviente de un tsunami"
"Lo imprevisible siempre llega cuando la posibilidad es olvidada", parafrasea María Belón. Cuando alguna de estas situaciones inesperadas llega a nuestra vida, tendemos a decir 'era el peor momento para que ocurriese'. María Belón nos recomienda "calma, paciencia y distancia" para darnos cuenta de que todo tiene lugar en el momento más adecuado y más oportuno.
¿Qué se siente cuando estás debajo de un tsunami? "Yo, igual que todos vosotros soy superviviente de un tsunami y no, no es fácil. Sientes mucha oscuridad, mucho dolor, asfixia, angustia, sientes que no tienes ningún control sobre tu vida y sientes más dolor y más ahogo y más angustia. Y sobre todo, sientes una tentación inútil: yo ya no puedo más". Ese es el relato de lo que se siente cuando algo destruye los cimientos de nuestra vida.
En un momento así, María nos recomienda que escuchemos a la vida y que ella nos dará las fuerzas para seguir hacia adelante. Ahí es donde uno aprende que nuestra fortaleza es casi infinita o, por lo menos, está muy lejos de la frontera que nos ponemos a nosotros mismos. María Belón piensa que la vida nos regala a todos unos cuantos tsunamis porque lo que ella quiere es que nos hagamos más fuertes.
Nuestra protagonista dice que después del tsunami se dio cuenta de que tenemos todo lo que necesitamos en la vida y que, a menudo, lo único que hacemos es ponernos excusas para no hacer ciertas cosas. Si tenemos vida y tenemos amor, lo que nos toca es seguir con la vida hacia adelante.
El sentido de la vida es amar
María Belón cuenta que el tsunami le enseñó el verdadero sentido de la vida: el sentido de su vida era amar. Afirma que se dio cuenta en el preciso momento en el que creía que había perdido a su familia: sus pequeños Lucas, Simón, Tomás y su marido Enrique, después de que la gran ola engullese todo.
"¿Y yo ahora qué hago?", se preguntaba María en ese estado de shock. Ella cuenta cómo en un primer momento pensó que aquello no le estaba pasando, al igual que nos ocurre cuando cualquiera de esos tsunamis cotidianos azota nuestra vida. La otra parte de nuestro cerebro nos dice que lo que nos ocurre es verdad y que tenemos que hacer algo. Justo cuando estaba en este estado, María Belón se reencontró con su pequeño Lucas y dice que ahí fue cuando comprendió que se trataba de un regalo y que, desde ese momento, debía abrazar la vida con todas sus fuerzas.
Después, en su periplo hasta reencontrarse con el resto de su familia, María Belón relata cómo se encontraron a unas cuantas personas que estaban pidiendo ayuda a gritos porque estaban atrapados entre los restos del tsunami. Por ello, la superviviente nos invita a reflexionar sobre cuántas personas demandan nuestra ayuda a lo largo del día y cuántas veces hacemos oídos sordos ante estos llamamientos.
Y la realidad se hizo ficción
"Un loco maravilloso, de esos que hay por la vida, acudió a mí con ganas de hacer un proyecto y me dijo que quería hacer una película sobre nuestra historia", así relata María Belón el momento en el que el director español Juan Antonio Bayona acudió a ella después de haber escuchado su historia en la radio. Habían pasado tres años de la catástrofe natural y María le dijo a Bayona: "no vas a hacer una película de mi familia, ni de las familias que sobrevivieron pero sí vale la pena hacer una película en la que todo el mundo se vea perfectamente reflejado."
Desde que María Belón dio su primer sí al proyecto de Bayona, estuvo involucrada en todo momento en la película y, de hecho, fue ella quien sugirió a Naomi Watts para encarnarla en el cine. "Trabajé durante 24 horas en la película, nos metimos de lleno en el proyecto porque yo quería que la gente dijese 'he estado ahí'. Esa también es mi historia." Además de conseguir esta plena identificación, María dice que quería que el público comprendiese que "como espectador uno aguanta muy poco, en la vida una es capaz de todo. Estamos hechos de hierro", concluye.
Lo imposible, esta tremenda historia de superación fue premiada, entre otros galardones, con el Goya a Mejor Dirección para Juan Antonio Bayona. A continuación, puedes ver otras grandes películas de nuestro cine:
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