Si te ha tocado formar parte de una familia disfuncional o han llenado la tuya de elementos tóxicos, solo nos quedan dos opciones: o te montas una Navidad alternativa o te pones el chip de "¡este año no me sacan de mis casillas!". Si tienes posibilidad de Navidad Alternativa, ¡aún estás a tiempo de volar ese paradisíaco lugar! Aquí tienes algunas de nuestras recomendaciones con imágenes de las 50 ciudades nevadas más bonitas del mundo. Si salir huyendo te resulta imposible, sigue leyendo este artículo.
Manual para sobrevivir a la Navidad en familia
1. Planea tu logística, busca al angelito del Belen
Lo primero que debes identificar son aquellos miembros de la familia con los que te llevas bien y disfrutas de su compañía para sentarte cerca de ellos. En definitiva rodéate de delfines y no de tiburones.
2. Evita los temas intocables
Evita los temas explosivos, mejor dicho las minas antipersona, con que las toques explotan y acaban con todo. No puedes controlar de lo que hablan los demás, pero sí los temas que tú sacas y tú evitas tocar. Algunos de ellos son:
- Herencia y su reparto
- ¿Cómo te va la terapia?
- Los hijos de los demás
- ¿Ya tienes trabajo?
- Recordar a los ex
- ¿Ya estáis embarazados?
- Política y religión
3. Busca temas que unan
Igual que hay temas intocables también hay temas que pueden tocar a todos de una manera positiva. Propón temas que ayuden a congeniar. Por ejemplo, funcionan mucho los relacionados con el árbol genealógico familiar además de ser un tema neutro. Si hay niños aprenderán cosas sobre sus antepasados y podrán intervenir en la conversación.
4. Aprende a lidiar con los familiares HardCore
Hay familiares cuyo objetivo de Navidad parece ser destrozarte la tuya. Lo que no saben es que eso depende de ti y no de ellos. No puedes cambiar a los demás pero sí tu manera de reaccionar. Ya sabes lo que dicen: no debes dejar que un garbanzo podrido acabe con el cocido. Pero, ¿cómo cambiar el chip? ¡con sentido del humor! Métete en un papel antes de llegar al evento y síguelo a rajatabla. ¿Monje budista?, ¿torero? ¿agente secreto?, ¿criminólogo? .... ¡Hay uno para ti!. Así pensamos, así actuamos, ¡métete en el papel!
¿Cuál es tu estrategia?
Estrategia Zen
Todos los años entras ahí como un guerrero ninja, dispuesto a esquivar y arrear según vengan... ¡Stop! Este año pones el chip zen. Ensaya tu mirada al infinito mientras asientes lentamente con tu cabeza en actitud "reflexión profunda". Prepara tus sentidos para captar y valorar cada efluvio positivo que encuentres (!digo yo que la cocina de tu madre al menos te hará entrar un poco en trance!). Estás midiendo tu capacidad de ser positiva, tu capacidad de abstracción, paciencia y control emocional. ¡Casi nada!
Estrategia Criminal Mind
¿Algún sociópata en la sala? No te lo tomes personal. Observa cual avezado criminólogo esa tan interesante personalidad... ¡Qué gran oportunidad para ampliar tus conocimientos! Alégrate de tu maravillosa intuición que te ha llevado a detectarlo a tiempo. Cada vez que detectes una mentira de este experto manipulador, prémiate por ello.
Estrategia Torera
No te defiendas de nada ni de nadie en ningún momento. Hay un mismo modus operandi muy utilizado antes de liarla: el victimismo. Cuidado con las "víctimas", su actitud lleva a la culpabilidad y la culpabilidad al lado oscuro. Si respondes defendiéndote ya has entrado en su juego. ¿Truco para no entrar al trapo? Hacer oídos sordos, como que no entiendes, no falla.
Estrategia Bond
Si la cosa va a ser 'Misión imposible', no tiene remedio: ésta es la tuya. En todo momento, preparado para salir del encuentro navideño, siguiendo siempre estos consejos:
Si vas acompañado, establece un sistema de señales en el que quede muy clara la señal; "a la de 3, nos piramos"
- Aparca en la puerta
- Al entrar checa todas las salidas
- Establece un perímetro de seguridad anti familiares tóxicos
- Si la cosa se pone fea o bloquean las salidas, saca la caja de antibióticos en la mesa y pide agua. Si ya quieres meterte en detalle con tus dolorosos y contagiosos síntomas... ¡Lo bordas!
¿Damos una oportunidad al Espíritu Navideño?
Por último, ¡un minuto de reflexión!: ¿Verdaderamente son importantes esas rencillas familiares? Llegará un día en que no estemos aquí y entonces, será tarde para dar marcha atrás o arrepentirse. ¿Estás seguro de que detestas tanto esas reuniones o es imposible mantener la paz? ¿O solo hay uno o dos que te hacen detestarlas? No les dejes que se salgan con la suya. Cambia el chip este año, recuerda que solo se vive una vez. Así que si hay niños, contágiate de su ilusión y si hay personas mayores, disfrútalas porque puede que en navidades futuras estos recuerdos te hagan sonreir.
Artículo elaborado por la psicóloga Silvia Olmedo.
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