¡Claro! Sin ir más lejos, Kate Middleton acudió la semana pasada a la celebración del cumpleaños de la Reina Isabell II con el mismo vestido con el que bautizó en 2013 a su hijo, el Príncipe George. Y es que un coatdress en blanco roto firmado por Alexander McQueen no es sólo para ponérselo una vez. La Duquesa de Cambridge lo sabe y se marcó un regreso al pasado tirando de compatriotas y aprovechando el mismo tocado de Jane Taylor que ya utilizó antaño. Completó su look con un clutch de L.K. Bennett, pendientes de perlas y tacones de gamuza de Gianvito Rossi.
Además de reciclar, a la esposa del Príncipe Guillermo le gusta mezclar prendas de grandes diseñadores con otras de low cost en sus apariciones públicas. A mediados de mayo acudió a una celebración en el Castillo de Windsor con un vestido blanco de encaje de Dolce & Gabbana de unos 3.500 euros y un blazer rojo de Zara que rondaba los 50 euros. Sobra decir que ambas prendas fueron sold out en menos de 24 horas. ¿Qué tendrán la realeza que todo lo que tocan lo convierten en objeto de deseo? Te recordamos algunos de los estilismos más sonados de la mujer más glamurosa de Gran Bretaña.
Pero no son las únicas: Mary de Dinamarca, Victoria de Suecia, Máxima de Holanda, Matilde de Bélgica... Ellas repiten vestido como cualquiera de nosotras.
La Reina Letizia es también la reina del reciclaje. El pasado mes de marzo dejó clara su fidelidad a Felipe Varela rescatando uno de sus trajes de 2013 para su viaje oficial a Puerto Rico. Un dos piezas en crepé rosa empolvado y ribeteado en raso que ya le hemos visto en otras dos ocasiones. Y así, suma y sigue.
La Reina Máxima ya no sólo recicla sino que le ha cogido el gustillo a compartir ropa ni más ni menos que con su suegra. Pudimos ver a la argentina durante una recepción celebrada en honor al cuerpo diplomático en el Palacio Real de Ámsterdam con un vestido naranja del diseñador Mattijs van Bergen que ya lució durante su viaje oficial a Japón y un abrigo oversize marrón que pertenece a la ahora Princesa Beatriz. Y no es la primera vez que la Reina de Holanda tira del fondo de armario de su suegra: ¿cómo olvidarnos del vestido verde esmeralda con plumas y brillos que llevó el concierto anual del Día de la Liberación de 2014? Pues era de la anterior soberana y lo lució allá por 1.981 en una visita oficial.
Reciclar, heredar, prestar, probar con el low cost... La Monarquía se lava la cara y nos muestra una versión que se aleja del despilfarro de antaño. ¡Así son las reinas del siglo XXI!
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