La entrada en la Casa Blanca del matrimonio Obama ha supuesto una bocanada de aire fresco en el Despacho Oval y un torbellino de color en la encorsetada vida política norteamericana. ¿La mujer del Presidente debe estar relegada a un segundo plano? Ya no. Michelle Obama rompe esquemas y consolida su proyección pública a base de apariciones estelares. Ella eclipsa allá por dónde pasa. Repasamos sus mejores looks y te damos las claves de estilo de la Primera Dama más bailonga de Estados Unidos.
El pasado 21 de marzo, el Air Force One del Presidente norteamericano aterrizaba en La Habana. Esta visita oficial marcaba un antes y un después en la historia y estrechaba lazos entre los países vecinos. Michelle Obama demostraba una vez más su capacidad para meterse a la gente en el bolsillo. Pisó suelo cubano ataviada en un vestido floreado en tonos rojo, azul y blanco. Un claro guiño a los colores que comparten las banderas cubana y norteamericana. Así es ella. Ni que decir tiene, que ese “Carolina Herrera” se agotó en cuestión de horas.
Algo parecido ocurrió el pasado enero en el discurso del Estado de la Unión. Para la ocasión lució un llamativo modelo en color ámbar de su compatriota Narciso Rodríguez. Incluso antes de que su marido, Barak Obama, acabase de hablar, el vestido ya había volado de las tiendas, y así suma y sigue. ¿Qué tiene la Primera Dama que todo lo que toca se convierte en un sold out inmediato? Nosotras te lo decimos: se llama personalidad y, en su caso, es arrolladora.
Copia su estilo
Michelle Obama ha sabido dar un giro al convencional estilo lady, introduciendo una explosión de colores vivos y atrevidos estampados en sus prendas. En las apariciones públicas es habitual verla con vestidos tipo cóctel, ceñidos hasta la cintura y falda en línea A. Otro de sus fuertes son las faldas lápiz, todo un básico debido a su versatilidad y piedra angular de cualquier armario sofisticado que se precie. Esto no quiere decir que la abogada deje atrás la comodidad de los pantalones. Sus preferidos son de talle alto y acampanados, que favorecen a su silueta. Además, le gusta acompañar sus outfits con chaquetas sencillas, que en ocasiones luce ajustadas con cinturón. Suele optar por bolsos pequeños y piezas de joyería discretas. En cuanto al calzado, se decanta por la comodidad del tacón midi pero en formato stiletto, como no podía ser de otro modo.
Sus apariciones nocturnas en eventos y cenas de gala ya son otro cantar. Ahí es cuando Michelle despliega todo su potencial como un pavo real y deja boquiabierto al personal. Aunque en estos casos opta por sus diseñadores de cabecera como Jason Wu, Thakoon, Ralph Lauren, Tom Ford o McQueen, no ha dudado en introducir el low cost en la Casa Blanca, algo inusual hasta ahora en las primeras damas estadounidenses.
Tal ha sido el éxito de sus estilismos que hasta la esposísima de Bill Clinton fichó a la asesora de imagen de Michelle, en un intento de facilitar su camino hacia la presidencia. Lo sentimos Hillary, pero es difícil tener la gracia natural de Michelle. Nos quedamos, sin duda, con el sello personal de la afroamericana.
Si quieres imitar el estilo de una de las mujeres más influyentes del mundo, no pierdas de vista esta selección de prendas que te harán sentir como una gran dama. Yes you can!
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