El mundo de la moda se ha puesto nostálgico y ha sacado un arsenal de prendas olvidadas del baúl de los recuerdos. La última reinvención de los diseñadores se baja de las pasarelas y aparece entre los mortales bien ajustadita al cuello. Se llama choker y es la nueva gargantilla en versión 2.0. Damos respuesta a todas tus preguntas para que aprendas a moverte como pez en el agua por esta tendencia impuesta a pie de calle.
¿Quéeeee?
Sí, esa es la pregunta que nos hicimos todas cuando vimos que los choker volvían a nuestras vidas para quedarse, al menos durante esta temporada. Lo que el año pasado fueron tan sólo pinceladas de esta tendencia, ahora se ha convertido en un boom al que hay que sucumbir. Que ¿qué es un choker? Pues es un nuevo palabro del diccionario fashionista que viene del inglés "choke", que significa ahogar. Así dicho suena poco apetecible, pero si sigues leyendo lo mismo te empieza a picar el gusanillo.
¿Cuándo?
Para buscar su origen hay que remontarse a tiempos de indios y vaqueros, de tribus africanas o de monarquías europeas que se ceñían la cinta al cuello por motivos bastante alejados de cualquier canon estético. En el siglo XX, esta tendencia se hizo un hueco entre las clases altas de la sociedad y se le asignó el calificativo de "collar de perro" gracias a la revista Life.
Tuvo que llegar la década de los 90 para que los choker se instaurasen como una moda a pie de calle. Por aquel entonces no tenían ni nombre, pero nos gustaban igual. Las que crecimos en esta época recordamos con cara de espanto aquellos pseudo-collares de plastiquete que imitaban a los tatuajes. Se convirtieron en objeto de deseo de muchas adolescentes que leíamos Súper Pop y cantábamos a voz en grito con la boca llena de braquets aquello de "as loooong as you love meeee" (un cuadro todo). En pleno comeback noventero que está viviendo el mundo de la moda, estamos viendo la gloriosa reaparición de esta gargantilla en todas sus versiones, desde la más sencilla a la más sofisticada.
¿Cómo?
El modo de empleo de este accesorio es muy sencillo: se lleva bien ceñido al cuello. Su versión original es una cinta de raso, no excesivamente ancha y en color negro. Como bien sabemos, las tendencias son como la energía: ni se crean ni se destruyen, sólo se transforman, y es por eso que los choker reaparecen en todas sus versiones posibles. Es un accesorio capaz de potenciar cualquier look, por básico que sea.
¿Por qué?
Porque sí, porque les da por ahí… Los diseñadores tienen el poder sobrenatural de rescatar del olvido prendas inexplicables y llevarlas a la cima con la facilidad que sólo nombres como Alexander Wang o Balmain son capaces de respaldar. Ya en los desfiles de otoño-invierno vimos jugar con este accesorio en las pasarelas a Saint Laurent, que apostó por las gargantillas con eslabones, a Chanel, que se decantó por el choker en versión maxi, Dior apostó por las cintas de seda adornadas con charms y Etro por los bordados de flores (emoji con ojos de corazones).
¿Quién?
Si estás pensando en agenciarte un choker pero tienes miedo de parecerte a Geri Haliwell en su época “wannabe”, tranquila: quítate esa bizarra imagen de la cabeza y fíjate en la calle. Una de las abanderadas de esta tendencia es la joven Lily Rose Depp. La última niña mimada de Lagerfeld no se separa de sus cintas de seda anudadas en la nuca en estilismos que, lejos de darle un toque grunge, le aportan un plus de delicadeza a su ya de por sí frágil apariencia. Las inseparables Kendall y Gigi están abonadas a sus gargantillas de raso negras y otras celebrities como Lily Aldridge o Alexa Chung también han sucumbido a los encantos de la cinta al cuello.
¿Dónde?
Vamos, que ya no puedes más de ganas y te quieres comprar uno, ¿eh? Pues echa un vistazo a la siguiente galería en la que te mostramos dónde puedes adquirir los mejores chokers del momento.
Si después de leer este artículo te has convencido de las bondades de esta nueva gargantilla, destierra tu lado Escarlata O´Hara y no vuelvas a poner a Dios por testigo que jamás sucumbirás al choker, porque lo vas a hacer... y lo sabes.
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