El hombre se sienta en una silla. Ella se monta a horcajadas echando su cuerpo hacia atrás, con la cabeza reposando sobre un almohadón. El hombre la penetra haciendo un movimiento de vaivén y acariciándole los senos. La postura de la sirena voladora es bastante acrobática y exige una cierta agilidad.
Una postura que da paso a la ternura y las caricias... La postura ya es un pequeño reto deportivo: ¡te garantizamos que te entrenarás! Para los exploradores, esta posición sexual es particularmente recomendada. ¡Sal de la cama y empieza una gira de descubrimientos salvajes!
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