¿Quiénes son los asexuales?
Son abstinentes sexuales voluntarios. Hombres o mujeres que no son ni marginados ni fanáticos, sino que simplemente nunca sienten atracción sexual por alguien. Y que, más o menos, lo asumen. Evidentemente resulta difícil saber cuántos son, pero hay estudios que evocan la asombrosa cifra de un 1 % de la población mundial.
Entre los asexuales se distinguen dos grupos de personas: los que realmente no sienten deseo ni tienen necesidad y los que reprimen el deseo y las ganas. Mientras que los primeros pueden ser felices, los segundos permanecen frustrados.
El origen del fenómeno
Factores como el exceso de pornografía, una década de 1990 demasiado freudiana (todo es sexual), el rechazo a la dictadura del placer o la desacralización del sexo, que ha pasado de ser un secreto a la pura exhibición, son factores que han fomentado sin duda alguna el nacimiento del movimiento asexual para el que la abstinencia no es algo de lo que avergonzarse, sino algo de lo que enorgullecerse, un derecho a reivindicar. En Estados Unidos, un joven de 24 años ha fundado un movimiento: la A-pride attitude (la actitud del orgullo asexual). Y su web, Aven, recibe cada vez más visitas.
Causas psicológicas
Parece ser que esta ausencia del deseo sexual surge en la infancia, entre los 6 y 10 años. Lo que se conoce como el período de latencia. A esa edad, el niño deja de interesarse por la sexualidad (después de preguntar sobre el tema con insistencia). Este desinterés por el sexo finaliza con el inicio de la adolescencia. Pero para algunos, dura toda la vida. Suelen ser, por norma general, individuos que rechazan crecer o que, sometidos a una presión moral muy importante, tienen miedo a sus fantasmas y prefieren reprimirse.
La asexualidad en lo cotidiano
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Los asexuales no hacen el amor, pero se pueden masturbar (sobre todo los hombres), no como respuesta a un estímulo, sino por necesidad fisiológica. En general, la asexualidad dura toda la vida en aquellas personas que realmente no sienten deseo sexual alguno. Para las que simplemente reprimen inconscientemente sus deseos, podría serles de utilidad someterse a una terapia que les permita despertar de nuevo la libido que tan dormida tienen.