No queremos que nadie se asuste pero si eres Hot Dog Lover mejor lee otro artículo. No vamos a contar nada que se salga de madre, simplemente os vamos a contar de lo que está compuesta una salchicha de toda la vida. Cuanto antes tomemos conciencia de lo que comemos, mejor para nuestra salud.
Nada más entrar en cualquier restaurante de comida rápida, se nos hace la boca agua cuando olemos un perrito caliente pero, ¿y si te decimos que las salchichas están hechas de lo que llaman “recortes”? Para que nos entendamos, “recortes” son los restos de carne que sobran en los mataderos. Es decir, tejido adiposo, músculo fibroso, carne de la cabeza de un animal o, incluso, el hígado. Todo ello enmascarado en el envase como carne de res, cerdo, pavo o pollo.
Obviamente, una deliciosa salchicha no nos sabe a nada de esto, ni nos provoca esa cara de asco que ahora mismo tenemos al leer estas líneas. Esta parte de la carne es tratada meticulosamente para que nos sepa a trocito de cielo.
El proceso empieza cocinando estos desechos para transformarlos en una pasta de carne. Para ello, se presiona, se tritura y se le añaden aditivos como jarabe de maíz, especias y variedad de ácidos. Tras un segundo procesado, se trasforma en otro tipo de pasta (muy similar al paté) y se tritura en una bomba y se cuece para darle la forma redondeada que todos conocemos. Una vez tenemos esta forma conseguida, se envuelve en una invisible capa de celulosa y se envasa al vacío.
Si por carne entendemos que es un alimento que “contiene carne”; es cierto, estás comiendo proteínas pero, ¿es un tipo de proteínas saludable? No lo creemos…
© Weheartit. Vía: @wonder_page
Las mejores recetas de perritos calientes
Si después de conocer este proceso, decides seguir disfrutando de este suculento manjar; esta es nuestra selección de las mejores recetas de perritos calientes:
Perritos calientes con bacon y queso: el clásico básico de los Hot Dogs.
Perritos calientes con cebollitas encurtidas: algunas no nos las tomamos cuando nos las ponen como tapa, pero esta cebolla le da un toque muy especial.
Perritos calientes con chili: sólo para las más valientes. ¿Ventaja? Que si no te gusta el contraste de sabor, puedes quitar las rodajas de chili.
Perritos calientes con queso azul y mozarella: para las que no pueden vivir sin queso en sus vidas.
Perritos calientes con aguacate y jalapeños: has leído bien, le puedes echar aguacate a todos los platos que te imagines. En este caso, la mezcla encaja a las mil maravillas con los jalapeños.
Perritos calientes con ensalada de papaya y crujiente de cacahuetes: es la versión más tropical de este plato pero, ya sabes, si cambias la papaya por piña, puede que algunas entren en un conflicto similar al de la pizza con o sin piña.
Perritos calientes con cebolla caramelizada: delicioso. Pero si quieres que sea más sano, carameliza la cebolla con miel en vez de con azúcar.
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