El cáncer de mama es el cáncer más frecuente entre la población femenina (afecta a una de cada ocho mujeres según la Asociación Española contra el Cáncer), pero por suerte, también es uno de los que más rápido se detectan, y cuando se hace a tiempo, las esperanzas de curación superan el 90%. Por ello, concienciar a las mujeres de la importancia de la prevención del cáncer de mama es tarea de todos.
La investigación también cobra vital importancia, por lo que un pequeño gesto por parte de todos puede marcar la diferencia en la lucha contra este tipo de cáncer. Existen diferentes marcas y asociaciones que están haciendo un gran trabajo en este sentido. Una de ellas es Kiabi, que a través de la Fundación Kiabi lleva implicado en la concienciación y el apoyo a la mujer desde hace varios años. Una de sus principales iniciativas es Octubre Rosa, para la cual se ha unido al Grupo Español de Pacientes con Cáncer (GEPAC) y a la que destinará 1€ de cada producto señalado para la lucha contra el cáncer en España. Además, también se podrá hacer una aportación voluntaria en caja en todas sus tiendas. Cada gesto cuenta, así que además de informarte sobre los hábitos de prevención en este artículo, te animamos a que eches un vistazo a su iniciativa.
Algunos de los factores de riesgo que influyen en el desarrollo del cáncer de mama son difíciles de modificar (hereditarios, medioambientales, hormonales), pero también hay muchos otros que dependen de nuestras propias decisiones del día a día. Como explican desde el Instituto Nacional del Cáncer evitar factores de riesgo (fumar, sobrepeso, sedentarismo..) y aumentar los factores de protección ayuda a prevenir el cáncer.
Cambiando algunos de nuestros hábitos, podemos reducir el riesgo de sufrir cáncer de mama drásticamente. Lo más importante es que lleves una vida sana, pero hay otros más. ¿Sabes cuáles son?
1. Di adiós al alcohol y al tabaco
¡Toca despedirse de los malos hábitos! El alcohol y el tabaco son los responsables directos de muchas enfermedades (no sólo el cáncer) hoy en día, por lo que eliminarlos (o al menos reducir su consumo) es esencial para mejorar la calidad de vida. Los datos son claros: según la Agencia Internacional de Investigación del Cáncer, cuanto más alcohol bebas, mayores serán los riesgos de que desarrolles cáncer de mama, así que lo más recomendable es reducir su consumo lo máximo posible. Lo mismo ocurre con el tabaco, por lo que deberías abandonarlo cuanto antes.
2. Lleva una alimentación variada y saludable
Ningún alimento o dieta puede prevenir la aparición del cáncer de mama, pero sí pueden hacer que el cuerpo esté lo más sano posible, fortalecer el sistema inmunitario y ayudar a reducir el riesgo de sufrirlo. Reduce el consumo de bebidas azucaradas, de alimentos de origen industrial, de carnes procesadas y de grasas de mala calidad. En su lugar empieza a comer más verduras, frutas, legumbres, frutos secos al natural, pescado y otros alimentos no procesados. Respecto a la cantidad de diaria de frutas y verduras, la recomendación actual por parte de la ciencia es que sea de 800 g al día, lo que se puede traducir en 3 porciones de fruta de unos 140 g y otras 3 porciones de verduras de 140 g. ¿Y para beber? La mejor opción siempre es el agua. ¡Hay que cuidarse por dentro!
5. Mantén un peso adecuado
El sobrepeso y la obesidad incrementan los riesgos de padecer cáncer de mama y otros tipos de cánceres de forma considerable. Esto es particularmente problemático cuando el aumento de peso ocurre en una etapa tardía de la vida, como por ejemplo, después de la menopausia. ¿Y por qué? Porque las células grasas pueden aumentar los niveles de estrógenos de manera peligrosa y afectar al proceso que regula el crecimiento de las células cancerígenas.
4. Mantente activa
Hacer ejercicio físico es una de las mejores formas de conservar un peso saludable, y varios estudios sugieren que las mujeres que hacen actividad física de moderada a intensa durante más de 3 horas a la semana tienen entre un 30% y un 40% menos de riesgo de cáncer de mama. Lo ideal es realizar 150 minutos de actividad moderada o 75 minutos de actividad intensa a la semana, junto con ejercicios de fuerza (abdominales, pesas, etc) dos veces a la semana.
5. Autoexplórate una vez al mes
A partir de los 20 años conviene realizarse una autoexploración mamaria mensual, preferiblemente en el quinto día de menstruación; ya que es la mejor manera de prevenir problemas futuros. También recuerda solicitar una mastografía cada dos años a partir de los 40, y cada año al llegar a los 50. ¡Son la clave para un diagnóstico precoz!
6. Si puedes, amamanta
Cuando tengas hijos, o si acabas de ser madre, amamanta en la medida que te sea posible. No solo será bueno para tu bebé: la lactancia reduce el riesgo de padecer cáncer de mama (el riesgo se reduce en un 4,3% por cada 12 meses de lactancia). Esto se debe a dos motivos principales: el retraso en el restablecimiento de la función ovárica y la disminución en los niveles de estrógenos. Hay factores que no se pueden cambiar (hereditarios, hormonales, etc.), pero dar el pecho es una variable modificable que puede ayudar a prevenir el cáncer.
Nada puede asegurar al 100% el no sufrir cáncer de mama, pero sí que se pueden reducir los riesgos. La clave está en tomar conciencia de lo importante que es la prevención. Así que ya sabes, adelantarse a los acontecimientos y ganarle una posible batalla al cáncer puede estar al alcance de tus propias manos.
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