¿Sabías que el 36% de los trabajadores de la Unión Europea trabajan todo el tiempo bajo presión? Así lo han establecido las conclusiones de la sexta Encuesta Europea sobre las condiciones de trabajo. Probablemente tu también hayas experimentado esta sensación: es algo normal, pero no debería convertirse nunca en lo habitual. Irene Bayarri, psicóloga y experta en problemas de ansiedad y traumas, explica que existe un nivel de ansiedad mínimo que puede resultar útil para desarrollar nuestra actividad laboral, pues ayuda a activarnos y a concentrarnos. El problema aparece cuando esta ansiedad se apodera de nosotros, cuando nos preocupamos en exceso, cuando dejamos que la presión nos domine y el estrés laboral impide nuestro bienestar personal. Aprovechando el Día Mundial de la Seguridad y la Salud en el Trabajo, hemos reunido algunos consejos de la mano de la experta Bayarri para prevenir la ansiedad y el estrés en la oficina. ¡Apunta!
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1. Establece un tiempo solo para el trabajo
Durante la jornada laboral no dediques tiempo a enviar correos personales, mirar páginas de tu propio interés o a tomar cafés que se alargan más de lo necesario. El tiempo que pasemos en la oficina debería estar blindado, pues si dedicamos parte de nuestra jornada a otras cosas estaremos retrasando la hora de salida y acumularemos trabajo.
2. Gestiona el tiempo
Aprender a repartir nuestro tiempo puede hacer que nuestro día resulte más ligero. Programa tus reuniones, desplazamientos, etc, en el mismo día de la semana, nunca a última hora. Recuerda que una reunión de trabajo no debería durar más de 30 minutos, es importante respetar los tiempos.
3. Evita la multitarea
Ser una persona multitasking puede resultar una aptitud positiva, pero hasta cierto punto. En el trabajo es mejor ir por partes y dedicarle un tiempo establecido a cada función. Haz primero la tarea más importante y que más te desagrade, o una parte de ella, y céntrate en terminarla. No abras mil frentes, ya harás después lo demás.
4. Incluye en tu agenda las actividades personales
Igual de importante es el tiempo que le dedicas al trabajo de oficina que a tus actividades personales fuera de ella. Una clase de yoga, pádel, una cena con amigos, ir al cine con tu pareja... anótalo también en tu agenda. "Si dejamos lo personal para cuando el trabajo nos permita dedicarle tiempo, descubriremos que siempre sacrificaremos algo. Sacrificar el tiempo de descanso so sólo destruye la salud y las relaciones sino que afecta negativamente a la productividad”, afirma Irene Bayarri.
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