¿Recuerdas la canción de Miguel Bosé en la que dice que los chicos no lloran? Pues es mentira. Ellos sí lloran y además por amor. Solo que su modo de llevar la ruptura (de la mejor manera posible) es muy distinta a cómo lo hacemos nosotras.
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¿Con quién comparten la ruptura?
Mientras nosotras levantamos el teléfono para contárselo a nuestras amigas y diseccionar entre todas la ruptura para saber cuál es el motivo real de ésta, ellos optan por hacer caso omiso de todo. Y es que los chicos prefieren no pensar en el tema, y cuando quedan con sus colegas optan por mantener la mente ocupada en otras cosas. Hablan de trabajo, de jugar un partido amistoso o de salir a tomar unas cañas. Aunque luego en casa se derrumben porque echan de menos tus mensajes de buenos días y el que le preguntes cómo está...
Y es que el sexo masculino tiene el corazón más tierno de lo que se cree. Llevan muy mal la soledad y necesitan de alguien que se preocupe por ellos y tener a alguien con quien desahogarse. Y esto no forma parte del grupo de amigotes, si no del de la pareja. De ahí que ante una separación una de sus primeras reacciones suele ser la obsesión por recuperar a su ex.
La peor de todo es que ellos mismos alimentan sus esperanzas, idealizan a sus ex, y el resultado es nefasto, entran en un círculo vicioso del que es difícil escapar. Por todo ello es mejor que la ruptura sea clara y definitiva para minimizar su angustia.
Nuestros hombres atienden poco este tipo de situaciones y no tienen por ello muchos confidentes. Mientras nosotras solemos desahogarnos y ponerlo de vuelta y media con nuestra familia o nuestras amigas, ellos sólo suelen sincerarse con… ¡nosotras! Así que ahí están ellos, sumergidos en la soledad; se mueren de aburrimiento pero prefieren aliviarse con esa supuesta dejadez.
¿Y una vez que la ruptura ha pasado?
La situación cambia bastante, y la ventaja regresa... ¡a los hombres! Una vez que ha pasado el primer golpe doloroso y su particular travesía por el desierto, nuestros chicos tienen prisa por comenzar nuevas relaciones. Incluso aunque la caída haya sido muy dura, ya que les cuesta establecer con otra persona la complicidad que tenían con su ex, tienen menos dificultades que nosotras para encontrar nueva compañera e implicarse en una nueva aventura.
¡Es en este punto cuando las diferencias hombre/mujer se hacen más profundas! No somos iguales ante una ruptura, y raramente se trata de una situación en la que ambos salgan ganando. Así que, para equilibrar la balanza, ¡quizá deberíamos seguir un poco el ejemplo de nuestros hombres y viceversa!
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