La presidenta de la Federación Española de Sociedades de Sexología, Francisca Molero, explica que "La vagina es un órgano alucinante, elástico, lleno de pliegues y con una capacidad de movilidad estupenda". El útero se conecta con el exterior, desde el cuello uterino a la vulva, por medio de la vagina.
De igual forma, existen muchos mitos en torno al órgano femenino, de los cuales, posiblemente el más escuchado es aquel que sugiere un agrandamiento de la misma cuando se tiene mucho sexo, y la respuesta es que la vagina, por ser un órgano elástico, no expande sus dimensiones por esta actividad. Es capaz de adaptarse al tamaño del pene, juguete sexual u objeto utilizado para estimularla, regresando a tu forma original al término de ejercerle presión.
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Es clave subrayar que el sexo no se basa en la penetración solamente, que es alrededor de lo que se basa este mito, sino que es una práctica con más significado. “También es erotismo, son miradas, comentarios, acercamientos, juegos, caricias…De ahí que al plantearnos tal pregunta [si el sexo agranda la vagina] no debamos hablar de ‘sexo’, como tal, sino de penetración”, explica Molero.
Al igual que otros tejidos en el cuerpo, el tejido vaginal es un compuesto de fibras de colágeno que degradan su elasticidad con el paso de los años, pero no en función del número de relaciones sexuales con penetración, sino que otros factores lo provocan, tales como algunos tratamientos oncológicos que llevan al déficit de estrógenos, la menopausia, el haber dado a luz, o el simple paso del tiempo. “De hecho, es al revés: lo que hace la penetración y la masturbación a nivel de estimulación del clítoris es mantener la vagina activa”, concluye la experta.