No cabe duda de que las relaciones amorosas han evolucionado tanto como lo ha hecho la sociedad. Hoy en día todo va mucho más rápido y además suele durar un tiempo limitado. Lo de “hasta que la muerte nos separe” que nuestros padres y abuelos decían a la hora de contraer matrimonio parece poco menos que una utopía. ¿Cuantas parejas duran tanto?
Las nuevas generaciones, por tanto, juegan con nuevas reglas. Lo de pensar a largo plazo es cada vez menso frecuente, y al conocer a una nueva pareja, ambos suelen llegar con un planteamiento muy distinto. Que dure lo que dure, pero que lo disfrutemos. Es lo que, en palabras del sociólogo Zygmunt Bauman se ha venido a definir como Amor Líquido.
Qué es el amor líquido
Esta nueva definición de las relaciones amorosas tiene características muy diferentes a la tradicional. Las parejas asumen desde el primer momento que su tiempo juntos puede ser efímero, y por tanto ponen todo su esfuerzo en aprovecharlo, ya que nunca saben cuando va a a terminar. Las obligaciones no forman parte de este tipo de relación, y ambos aceptan que su juego se basará en las normas que ellos mismos dicten. Algo que puede incluir también la presencia de terceras personas.
En otras palabras el amor líquido se vive de una manera distinta al amor tal y como lo hemos conocido siempre porque en éste último hay una serie de roles y obligaciones que se asumen al inicirse la pareja. El amor líquido recibe tal nombre por su naturaleza fluída. Los dos miembros de la pareja deciden bajo que reglas quieren relacionarse, y mientras éstas les aporten satisfacción, lo continuarán haciendo. Pero sabedores de que nadie espera que la situación tenga necesariamente que convertirse en algo encorsetado ni a largo plazo.
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Los motivos de este cambio en las relaciones
Son muchos los factores que influyen en que hoy haya personas con esta filosofía en lo que se refiere a relaciones sentimentales. Por un lado las apps de citas ponen más fácil que nunca el conocer a nuevas personas, y esa facilidad al mismo tiempo hace que no se suela profundizar en esas relaciones. Por otro, en tiempos donde la gratificación instantánea es el leit motiv de muchos,la idea de hacer sacrificios por una pareja tampoco cuenta con demasiados adeptos.
Hay quien ve en este tipo de planteamiento aspectos positivos, como una mayor autenticidad y una mayor capacidad de disfrutar juntos. Pero no se puede negar que en algún momento del camino esta amplia disponibilidad de posibles parejas ya no será tan amplia y es entonces cuando se empezará a valorar aspectos como el compromiso y la fidelidad. ¿Seguirá entonces pareciendo el amor líquido una buena opción?