Desde su aspecto exterior hasta su sabor, este fruto exótico resulta uno de los más originales que hayamos probado nunca. Para encontrar su origen, tenemos que viajar a Indonesia donde crece en árboles de entre 10 y 15 metros de altura. Su tamaño varía desde el propio de una ciruela hasta el de una naranja, aunque su aspecto nada tiene que ver con ninguna de las frutas que tenemos cerca en nuestro día a día. Por fuera está recubierto por una gruesa piel de un tono entre rojizo y violáceo. La parte de dentro nos recuerda a los dientes de ajo pero con un sabor que nada tiene que ver con este condimento tan nuestro.
En los últimos meses ha sido mucho lo que se ha hablado sobre él. Algunos han dicho de él que se trata de un fruto milagroso con propiedades adelgazantes e, incluso, hemos escuchado que se trata de un supuesto elixir capaz de librarnos de la diarrea, el colesterol e, incluso, el cáncer. Lejos de estos mitos, lo cierto es que sí encontramos muchos beneficios en este fruto. ¡Te descubrimos algunos de ellos!
Conoce las propiedades del mangostino
Más allá de los beneficios generales que puede tener una fruta, el mangostino concentra gran parte de su poder en su gruesa corteza que es rica en xantonas, un compuesto carbónico que ayuda a combatir la inflamación. Se ha hablado muchas veces de su poder antiinflamatorio aunque, como es evidente, no podemos comparar sus resultados a los de un antibiótico.
Otro de los beneficios de esta fruta es su gran poder antioxidante que ayuda a fortalecer nuestro sistema circulatorio. Además, puede ayudarnos a digerir mejor alguna comida copiosa, ya que tiene propiedades digestivas que nos ayudan a evitar la acidez y la pesadez de estómago. Por otro lado, no se puede negar el escaso aporte calórico del mangostino, lo que lo hace apto para dietas hipocalóricas.
Sin embargo, no te dejes llevar por las voces que hablan de él como un fruto adelganzante. Tampoco debes hacer caso a las informaciones que señalan que previene del cáncer o cura la diabetes porque, como bien sabes, no existe frutos milagrosos y el mangostino no es una excepción.
Recetas con mangostino
Su sabor gana cada día seguidores en Europa, un lugar en el que conseguir una pequeña cantidad de estas frutas supone un coste bastante elevado. Por si te decides a probarlo y elaborar con él las deliciosas y saludables recetas que te presentamos a continuación, te damos algunos consejos para que compres los ejemplares adecuados. Busca piezas que estén intactas y que cedan levemente a la presión de tu dedo.
Si los vas a consumir como fruta fresca, puedes meterlos en el frigorífico para consumirlos bien fríos y aliviar así el calor veraniego. Se trata de una fruta muy receptiva a otros olores por lo que te aconsejamos guardarla en un recipiente hermético. Teniendo en cuenta estos tips básicos, vamos a ponernos manos a la obra con algunas recetas elaboradas con esta fruta:
Zumo de mangostino
Mucho se ha hablado sobre el milagroso zumo de mangostino. Por un lado, encontramos el agua de mangostino que resulta de la cocción con azúcar de estos frutos. Una vez que el agua adquiera un color violáceo, podemos retirarla y tomárnosla como si de un té frío se tratase.
Muchas culturas milenarias confiaban en las propiedades curativas del agua resultante de cocer este fruto ya que, como te hemos contado, en la piel se concentran una buena parte de los beneficios asociados a esta fruta.
Batido de mangostino
Ingredientes:
- 6 mangostinos
- 25 g de azúcar
- 200 ml de leche
- Sirope de frambuesa
Preparación:
En primer lugar limpiamos los mangostinos: retiramos la piel y ponemos la pulpa en un vaso para batir. A continuación, añadimos la leche -puedes utilizar leche de almendras en caso de ser intolerante a la lactosa- y azúcar. Por último, podemos agregar el sirope de frambuesa para darle un toque especial.
Helado de mangostino con nueces
Ingredientes (para 4 helados):
- 4 mangostinos
- 4 o 5 nueces
- 200 ml de leche condensada
Preparación:
En un vaso de licuadora ponemos la carne de los mangostinos y la leche condensada y batimos bien. No importa que quede una textura rugosa porque después lo colaremos. A continuación, agregaremos nueces picadas muy pequeñas a la mezcla. Por último, verteremos la mezcla en cuatro moldes para helado y mantendremos en el congelador entre 4 y 6 horas. Además, puedes probar a elaborar un helado algo menos calórico empleando yogur desnatado en lugar de leche condensada. ¿Te atreves a probarlo?
Otra de las alternativas es que tomes la pulpa del mangostino sola o que, si prefieres algo más dulce, la acompañes de nata montada. ¿Te conquistará este exótico fruto?
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