Pedir en matrimonio: la tradición del padre
Antaño era el padre del novio quien pedía la mano de la novia a su futuro consuegro. Por aquel entonces, los jóvenes que contraían matrimonio no eran consultados y tenían que protagonizar enlaces de conveniencia muy provechosos para las familias, sobre todo por cuestiones económicas. Las chicas eran a menudo demasiado jóvenes y tenían que consentir el matrimonio para poder fundar una familia pronto y vivir con desahogo.
Una tradición que perdura en el tiempo
Desde entonces conservamos la tradición de pedir la mano de la prometida a su padre, pero ahora ya es el joven con quien contraerá matrimonio quien se dirige a su futuro suegro. Son pocos los que aún piden la mano y lo hacen por mantener la tradición más que para obtener el consentimiento real del padre, pues hoy en día la pareja de enamorados se compromete el uno con el otro de forma previa y consentida. Y para aquellos que han mantenido el voto de castidad durante todo el noviazgo, ahora es el momento de prepararse para la noche de bodas.
La pedida
En la actualidad los futuros cónyuges deciden casarse antes de anunciarlo a la familia y los amigos. Es tradición que sea el hombre quien pida en matrimonio con un anillo, pero cada vez son más las mujeres que se adelantan y dan el paso.
El matrimonio también se ha convertido en un tema recurrente en la pareja, por eso con el paso del tiempo la pedida ha ido perdiendo su carácter solemne: la decisión deja de tomarse con una proposición en toda regla.
Sin embargo, sigue habiendo chicos que se arrodillan ante chicas que sueñan con una pedida digna de un cuento de hadas; y sigue habiendo otros que no destacan por su imaginación y originalidad a la hora de hacer de la pedida un momento inolvidable.
Pedidas románticas
Todas hemos soñado alguna vez con ese momento en el que nuestra pareja se arrodilla durante una cena a la luz de las velas, abre una pequeña caja y nos dice con lágrimas en los ojos que somos la mujer de su vida. También es muy romántico el desayuno en la cama con el anillo dentro de cruasán, un pic-nic en la playa, una proposición después de hacer el amor, un paseo en góndola por Venecia, un baño de espuma con copa de champagne en la mano, etc. Esa faceta romántica en los hombres suele sernos muy desconocida, pero ellos también pueden ser muy sensibles y apasionados.
Pedidas originales
Aquellos que quieran sorprender a su pareja con una pedida original que sepan que hay muchísimas ideas. Aunque se trata de un momento bastante íntimo, hay quien no duda en pedir en matrimonio delante de todo el mundo en un restaurante con amigos, por la pantalla gigante durante un partido de fútbol o incluso con una pancarta tirada por un avión.
Si eso te sigue pareciendo poco original, ¡pídeselo tú! El modo es lo de menos, seguro que no olvida tu iniciativa.
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