Tiene sólo 28 años y ahora es una de las actrices con mayor proyección de todo Hollywood. Era la gran favorita para hacerse con el Oscar en la noche del pasado domingo y finalmente se hizo con la estatuilla gracias a su papel en La La Land. Ahora le toca hacer frente a la maldición del Oscar y ver si puede seguir haciendo papeles interesantes en su carrera.
Hasta hace no mucho, Emma Stone era una gran desconocida a la que sólo conocían unos pocos. Y es que los papeles de Stone siempre han estado más relacionados al mundo de la comedia o a papeles muy secundarios donde nadie logró apreciar su categoría como actriz.
Y es que Emma Stone es una joven muy nueva en esto de Hollywood. Su primer papel lo consiguió en el 2007, hace apenas 10 años. Ahora, una década después, ya tiene su estatuilla sobre la estantería. No fue hasta Zombieland en 2009 cuando el público se fijó en ella. Después llegarían títulos como Easy A o Con derecho a roce, donde Emma interpretaba papeles mucho más inmaduros.
En 2011 llegaría su primer papel importante alejado de la comedia. Fue en Criadas y señoras donde Emma Stone pudo sacar todo su potencial, ponerlo sobre la mesa y que la industria dejase de ver a la joven como una niña que sólo podía hacer papeles graciosos de colegiala.
El look de Emma Stone comenzó a cambiar por aquel entonces. Las alfombras rojas estaban muy acostumbradas a ver a la actriz de rubia, con melena larga, lo que la cerraba a ciertos papeles más series. Ahora, con su melena pelirroja, Emma Stone atrae mucho más la atención para ciertos papeles dramáticos.
A partir de aquel momento llegarían grandes producciones como The Amazing Spiderman 2 o cintas de culto y de Oscar como Birdman. Parece que la gloria llamaba a su puerta cuando le colocaron el cartel de La La Land en su puerta.
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