A sus 37 años, Mónica Cruz está más radiante que nunca. Serena, tranquila y encantada con su faceta de madre, así se mostró ayer durante la presentación de la firma de cremas Halibut, empresa que junto a Aldeas Infantiles han lanzado el proyecto Ponte en su piel que pretende ayudar a los niños en riesgo de exclusión social de nuestro país. Y es que Mónica ha reducido su vida laboral a unos cuantos actos y a algunas campañas de solidaridad para estar el mayor tiempo posible con su hija de año y medio, Antonella.
La hermana de Penélope Cruz se sometió a una fecundación in vitro hace dos años para ser madre y desde ese momento su vida ha cambiado por completo. "No me apetece alejarme de mi hija. Si tengo que ir a algún sitio, siempre la llevo conmigo. Al menos estos primeros años quiero estar las 24 horas del día con ella", dijo encantada a la prensa. Como cualquier madre primeriza, lo que más trabajo le cuesta es desprenderse de ella o dejarla al cuidado de alguien. "Más adelante tendré que hacerlo, pero de momento estoy encantada con la vida que tengo ahora".
La madrileña se mostró muy orgullosa de su hermana, a quien recientemente la revista "Squire" la ha nombrado la mujer viva más sexy del mundo. "Se lo merece, por los años que lleva de carrera, dos hijos y con cuarenta años, es genial que una mujer así sea considerada la más sexy del mundo", ha comentado Mónica. Con Bardem no ha podido hablar pero "seguro que está encantado", asegura. Ambas siguen tan ligadas como siempre, la menor le pide ayuda y consejo a Penélope, que tiene dos hijos, Leo y Luna, con quien la pequeña Antonella se lleva de maravilla.
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La pequeña del clan Cruz está tan feliz que no descarta tener más hijos: "Al igual que yo me he criado con dos hermanos, quiero que mi hija tenga eso también". Lo que no ha decidido aún es si volverá a repetir método porque a lo que pareja se refiere no quiere ni oír hablar. "Estoy centrada en mi hija, de momento no pienso en el amor", concluyó.