Ha habido muchos actores que, a pesar de llevarse como el perro y el gato, han tenido que hacer de tripas corazón y coincidir en el rodaje de una película. Pero hay algo peor: tener que trabajar con tu enemigo en una serie de televisión y que encima tenga éxito, lo que prolonga el infierno durante años.
A lo largo de la historia, numerosas series de televisión se han convertido en campo de batalla. En muchas ocasiones, la enemistad se producía entre los grandes protagonistas. Tanto ha sido el lío generado que muchas veces ha habido que tomar decisiones creativas para sacar a alguno de la serie o no hacerles coincidir demasiado en las escenas.
Muy sonado es ahora el caso de Sarah Jessica Parker y Kim Cattrall. Las que fueran dos de las protagonistas de Sexo en Nueva York han dejado muy claro que se odian. Cattrall perdía a un hermano hace unos días y Parker le daba el pésame en redes sociales. Un mensaje que ha terminado por dejar claro que la relación entre las dos actrices es pésima.
Lo cierto es que las dos compañeras se llevaron bien las primeras temporadas de la serie. Pero según fue ganando protagonismo Parker, su sueldo también fue creciendo. Su distanciamiento culminó en las dos películas que hubo después de la serie, que tuvo a las dos actrices en una gran guerra.
© The CW
Muy sonado es también la mala relación entre Shannen Doherty y Alyssa Milano en Embrujadas. Eran dos hermanas, pero no se soportaban en el rodaje. Ya era conocida la mala fama de Doherty, que salió de Sensación de vivir por la puerta de atrás a pesar de ser la gran protagonista. La dirección se posicionó del lado de Milano y despidieron a Doherty, matando a su personaje.
Gran parte de los problemas en los rodajes se han dado por la diferencia salarial entre los protagonistas. Es el caso de actores como David Duchovny y Gillian Anderson, los protagonistas de Expediente X, o Nathan Fillion y Stana Katic, los principales de Castle. Los primeros lograron reconciliarse para volver a hacer la serie. En el caso de los segundos, la serie se fue al traste en su final por culpa de su mala relación.
Muy sonada fue la mala relación entre Lea Michele y Naya Rivera. La primera era la gran protagonista de Glee desde el principio, pero según fueron pasando las temporadas los secundarios tomaron las primeras filas del escenario. El celo entre ambas concursantes se llevó al guión, donde quedaban claro los celos entre las dos.
Muy polémico fue la mala relación entre los actores de Anatomía de Grey, Isaiah Washington y T.R. Knight. El primero le insultó al segundo por sus gustos sexuales, lo que provocó su salida de la serie después de que el gran protagonista Patrick Dempsey se posicionase a favor de su compañero.
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