De la noche a la mañana, Katherine Heigl era la mujer más buscada de Hollywood. La rubia de Anatomía de Grey se metió al público en el bolsillo a pesar de no ser la protagonista y era la secundaria perfecta. De hecho, logró alzarse con más premios que la mayoría de sus compañeros.
Todo iba viento en popa en su carrera. De hecho, la tercera temporada de la serie se volvió mucho más dramática para su personaje y Katherine consiguió mucho más protagonismo en las tramas. Tanto, que la fama le jugó una mala pasada y no supo gestionar el éxito.
La actriz se enfrentó a Shonda Rhimes, creadora y productora de la serie. Ya no había nada que hacer entre ellas. En 2010 abandonaba la ficción sin apenas repercusión, por la puerta de atrás y sin darle mucha fuerza a su personaje. Al menos, no le mataron. Eso le habría dado mucho más protagonismo. Izzie huyó, como la propia Katherine.
Parecía que la actriz se iba a comer Hollywood. Su cara bonita y su sonrisa la convertían en la candidata perfecta para convertirse en la nueva novia de América. Y así arrancó su carrera en la gran pantalla: con comedias románticas con las que triunfar en medio mundo.
Pero las cosas no salieron nada bien. Después de triunfar con Lio embarazoso, una comedia con mejor recaudación del año, la taquilla comenzó a caer con 27 vestidos, en la que era la gran protagonista de la historia. Ya nadie quería trabajar con ella.
Sobre eso ha hablado la actriz en una entrevista radiofónica en la que ha lamentado el rumbo que ha tomado su carrera en los últimos años. "No quería criticar el guión, criticaba mi trabajo", ha asegurado la actriz sobre la época de Anatomía de Grey. "No estaba muy contenta con mi trabajo esa temporada. Una parte de mí pensaba que, como ganadora del Emmy en 2007, merecía más protagonismo, más drama y emoción", ha declarado.
La intérprete no ha dudado en reconocer que le falta trabajo y que no consigue cerrar muchos proyectos a pesar de haberse convertido en productora. Algo que le ha llevado a acudir al psiquiatra. "No sabía cómo manejarlo, me sentía una mierda", ha dicho la actriz.
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