El cantante Justin Bieber ha sido arrestado este jueves por la policía de Miami Beach tras participar en una carrera ilegal con un Lamborghini amarillo alquilado. El canadiense, que conducía bebido y portaba una licencia de conducción caducada, se resistió a la autoridad. Según se ha conocido, los acompañantes de Bieber bloquearon el acceso al tráfico de una de las avenidas cercanas a la academia hebrea de Miami Beach para que Bieber pudiera disputar una carrera.
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El jefe de policía de Miami Beach, Raymond Martinez, Bieber aseguraba que "había estado consumiendo marihuana y cerveza". "Durante el arresto, el Sr. Bieber aseguró haber consumido alcohol, marihuana y antidepresivos". Según información subida a la cuenta de Twitter de la policía de Miami Beach, los policías "olieron inmediatamente alcohol en el aliento del conductor" y se dieron cuenta de sus "ojos ensangrentados". Además, pudieron ver sus "lentos movimientos" y su "mirada perdida".
Raymond reconoció que una vez llegó Bieber a la cárcel del condado -donde le fueron tomadas las huellas y las fotos correspondientes- se mostró en todo momento colaborador. Lo que no había ocurrido en el momento del arresto cuando se dirigió de malos modos al policía que le detuvo, diciéndole: "¿Por qué coño haces esto?".
De igual manera mientras uno de los agentes le cacheaba en busca de armas -procedimiento habitual en esos casos- volvió a increparle: "No llevo armas. ¿Por qué me tienes que cachear? ¿Qué coño es todo esto?". A continuación, se le pidió que pusiera sus manos en el capó del coche, a lo que el cantante se negó. Momento en el que se procedió a su arresto.
El último encontronazo del artista con las fuerzas del orden supone la máxima expresión de la conflictiva etapa que viene atravesando en los últimos años, ya que el ídolo juvenil no ha dejado de protagonizar escándalos en los que el consumo de drogas, agresiones a los paparazzi e incluso algún que otro gesto irrespetuoso hacia sus fans han jugado un papel esencial.
Hace escasas semanas, el intérprete recibió en su mansión la visita de un grupo de agentes que, con la intención de amonestarle por lanzar huevos a la fachada de la vivienda de uno de sus vecinos en Calabasas (California), acabaron deteniendo a uno de sus amigos por posesión de estupefacientes. No obstante, en los meses anteriores su imagen pública se había visto progresivamente deteriorada al visitar un burdel en Brasil y ofender a varios de sus seguidores argentinos al despreciar una bandera del país que le lanzaron al escenario.
Tantos incidentes habrían generado una gran preocupación en el entorno de Justin Bieber por la deriva que ha tomado su relación con la fama, hasta el punto de que su exnovia Selena Gomez y su madre, Patti Mallette, estarían tratando de convencerle de que la mejor opción consiste en asumir que tiene un problema y, por tanto, recibir tratamiento profesional para acabar con sus supuestas adicciones. "Creo que mucha gente entra de lleno en esta industria presumiendo de sus valores cristianos y de la buena educación recibida pero, con el tiempo, la fama les acaba consumiendo y les convierte en personas completamente diferentes. Es una pena y por eso pido al mundo que rece por él. Yo lo hago todos los días para que vuelva a ser el que era", publicaba el diario The Sun citando a la madre del controvertido vocalista.
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