Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa ya no se esconden. Tardaron mucho tiempo en confirmar su romance. Después llegarías los primeros eventos cogidos de la mano. Ahora a los dos ya les da igual lo que digan de ellos y pasean su amor delante de las cámaras.
Para celebrar su 82 cumpleaños, el Premio Nobel de Literatura concedió una pequeña fiesta en el restaurante La Nueva Palomino, en Arequipa. Hasta allí se desplazaron 40 amigos del escritor para celebrar junto a él esta fecha tan especial.
Lo más raro de todo esto es que este evento hace algunos meses hubiese sido algo privado y reservado ante la mirada de ojos extraños. Sin embargo, la pareja decidió abrir las puertas a los medios de comunicación para que viesen los bien que se lo estaban pasando.
No sólo eso. La pareja respondió a su salida a los medios que estaban allí congregados. Además, tuvieron la amabilidad de posar ante los fotógrafos sin ningún tipo de quejas ante sus peticiones.
Como si de unos recién casados se tratara, Isabel y Mario vivieron esta visita con todo el romanticismo y hablan de futuro y amor. “Cada viaje con Mario es una luna de miel” asegura Isabel en la exclusiva que han concedido para la revista Hola.
Añade sobre la boda: “No me resisto a la boda... solo me resisto a estropearlo. Estamos tan bien como estamos que no quiero tocar nada para que nada cambie”. ¿Se casará su hija Ana antes que ella? “¿Qué quién dará antes el ‘sí quiero’, si Ana o yo? Lo lógico es que sea Ana, pero tampoco podría asegurar que lo suyo vaya a ser inminente”.
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