Aunque muchos sueñen con pasar su luna de miel en una tumbona de cualquier playa paradisíaca del mundo, no siempre tiene por qué ser así. Hay parejas que buscan otro tipo de viajes, como la montaña o alguna ciudad desconocida, en los que el frío es bienvenido. Por eso, hemos seleccionado varios destinos para vuestro viaje de novios en los que, sí o sí, necesitaréis un buen abrigo. ¡No aptos para frioleros!
Los fiordos noruegos
Si ambos sois amantes de la naturaleza este viaje os apasionará. Visitar los fiordos noruegos os permitirá alejaros de la rutina y adentraros en un lugar donde parece que no ha llegado la civilización. Debes saber que hay más de mil fiordos en Noruega, pero de todos ellos los más famosos son Sognefjord, Nærøyfjord, Geirangerfjord y Lysefjord, que se encuentran en la costa oeste. Para explorarlos podréis acceder a alguna excursión programada con un guía o bien hacerlo por vuestra cuenta. Las zonas son accesibles y os encontraréis con muchos senderos y algún que otro pueblo. Otra opción es recorrer varios fiordos a través de un crucero, lo cual os permitirá apreciar su belleza más de cerca.
Un buen punto de partida para todo ello es Bergen, la segunda ciudad más grande de Noruega y en la que podréis alojaros para disfrutar de los fiordos. Está cerca de muchos de ellos y, además de eso, merece ser visitada. Se trata de una ciudad tranquila con casitas de colores, como las del barrio de Bryggen (declarado Patrimonio de la Humanidad), que os enamorará. Un enclave mágico que, sin duda, será el escenario perfecto para una luna de miel inolvidable.
Las cataratas del Niágara (Canadá)
Las cataratas del Niágara son uno de los grandes atractivos de Canadá. Las tres cataratas, que conforman la frontera entre Estados Unidos y Canadá, reciben al año millones de visitantes de todo el mundo. En determinadas noches (comprobar fechas aquí) estas son iluminadas con luces de colores que dan lugar a un espectáculo de la digno de ser contemplado, que os dejará sin palabras. Además, recientemente el sistema de luces ha sido renovado y sus 21 focos reflectores han sido sustituidos por 1.400 bombillas LED que permiten 1.800 combinaciones de color. Pero los encantos de este país no acaban aquí. A una hora y media de las cataratas podréis visitar Toronto, la ciudad más grande de Canadá. En ella encontraréis infinidad de restaurantes, bares, tiendas o centros comerciales como el West Edmonton Mall, uno de los más grandes del mundo.
Y si queréis seguir disfrutando de la naturaleza, este país cuenta con algunos de los lagos más impresionantes del planeta como el conocido lago Louise situado en el parque nacional Banff o los glaciares y lagos del parque nacional de Jasper, ambos situados en la provincia de Alberta.
Los Alpes suizos
¿Os encanta la montaña? Entonces los Alpes suizos pueden ser el destino perfecto para vosotros. En un viaje como este podréis combinar la aventura con el relax. Actividades como el esquí o el snowboard en algunos de sus destinos más famosos como Davos, Zermatt o St. Moritz. Otra opción más tranquila es descubrir los maravillosos paisajes suizos haciendo senderismo en la nieve. Después de todo eso, nada mejor que reguardarse del frío en vuestro alojamiento y disfrutar de las vistas junto a la chimenea mientras tomáis una bebida caliente.
Islandia
Se trata de un destino que no podía faltar en esta selección. Uno de los fenómenos que más visitantes atraen hasta Islandia son las auroras boreales. Aunque no está garantizado que podáis ver una, si el tiempo os lo permite (suele ser muy variable) nunca lo olvidaréis. Las mejores estaciones para conseguir ver este fenómeno de la naturaleza son el otoño y el invierno porque las noches son más oscuras.
No obstante, ese no es el único atractivo de este país, también podréis disfrutar de maravillosas cataratas como Skógafoss o Dettifoss y visitar su capital, Reikiavik. Para hacer frente al frío nada mejor que daros un baño en algunas de sus cálidas aguas termales como la Laguna Azul o los baños naturales de Myvatn. ¡Una experiencia única!
Moscú (Rusia)
Visitar Moscú en invierno solo es apto para aquellos que estén dispuestos a hacer frente al verdadero frío. Las temperaturas rara vez superan los 0 ºC y, durante las olas de frío, pueden alcanzar los -40 ºC. Todo ello acompañado de nieve, que suele estar presente desde finales de octubre hasta abril. Un riguroso invierno que, como contrapartida, regala paisajes que no os decepcionarán. Ejemplo de ello es la plaza Roja, el corazón de la ciudad, que con la catedral de San Basilio cubierta de blanco conforma un ambiente único. Tampoco os podéis perder el Kremlin, donde se encuentran algunos de los monumentos más importantes de Rusia como la catedral de la Dormición o la catedral del Arcángel Miguel. Otra catedral que es visita obligada es la de Cristo Salvador, uno de los edificios religiosos más impresionantes del país. Y si os gusta el arte, no dejéis de ir al Museo Pushkin donde podréis deleitaros con más de 500.000 obras.
Brujas (Bélgica)
Si lo que queréis es un frío menos intenso y un escenario de cuento, Brujas es vuestro destino. Para disfrutar al máximo de la belleza de esta ciudad nuestro consejo es que os alojéis en un hotel con vistas a los canales. Desde allí podréis recorrer la ciudad y visitar los lugares más emblemáticos de la misma como la Grote Markt o plaza mayor de Brujas, el campanario de Belfort o la catedral. Una opción muy romántica para hacerlo es alquilar un coche de caballos en el que os podréis proteger del frío con una mantita. Tampoco podéis dejar de navegar por la canales y descubrir la ciudad desde otra perspectiva. Un viaje de novios para recordar que puede ser aún más dulce si os dejáis seducir por uno de los placeres más exquisitos de Bélgica: el chocolate. Durante vuestros paseos encontraréis numerosas confiterías, ¡no dudéis en daros un capricho!
¿Cuál de estos destinos es vuestro preferido?
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