Por mi hija, MA- TO. Ya lo dijo Belén Esteban y su frase quedó grabada como una de las más célebres de la historia de la televisión de este país (con permiso de la gran Lola Flores). Ella simplemente se encargó de verbalizar eso que cualquier madre o padre diría si siente que sus churumbeles están amenazados.
Un instinto de protección que suele acentuarse cuando se trata de un padre defendiendo a su hija adolescente de los peligros de los primeros amores, los desaires del tipo de moda en el instituto o el acoso de los machistas que se puedan cruzar por la calle. Por eso, nos sorprende muy gratamente la reacción de Jeffrey Warren, un poeta estadounidense padre de tres niñas. Además, vive con dos niñas más, fruto de una relación anterior de su pareja.
De esta convivencia con mujeres dice que ha aprendido mucho sobre feminismo y ha observado los comportamientos de la sociedad machista en la que vivimos. Por eso, a la hora de dirigirse a las futuras parejas de sus hijas, lo tiene claro:
"Tendréis que preguntarles a ellas cuáles son sus reglas. No voy a educar a mis pequeñas para que sean el tipo de mujer que necesita que su papi se comporte como un malote maniático y posesivo para que la respeten. Las vais a respetar porque, si no lo hacéis, os juro que no necesitarán mi ayuda para poneros en vuestro lugar. Buena suerte, majos".
Nosotras no podemos estar más de acuerdo. Si una niña ha sido educada en igualdad, no necesitará ningún hombre, padre o pareja, que defienda sus intereses. Ese es, sin duda, el camino que debemos seguir.
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