"Soy una feminista feliz y africana que no odia a los hombres y a quien le gusta llevar pintalabios y tacones altos para sí misma y no para los demás". Así se define esta escritora de 39 años nacida en Nigeria, una cita que podemos encontrar en su libro Todos deberíamos ser feministas, lectura que muchos consideran obligatoria, especialmente en los centros educativos. De hecho, el pasado año se distribuyeron ejemplares gratuitos entre los estudiantes suecos para que tomasen conciencia de la desigualdad de género.
El libro es un ensayo que recoge el poderoso y trascendental discurso que dio Chimamanda en su conferencia para el TEDxEuston 2012 sobre lo que significa ser feminista en el siglo XXI. Su mensaje ha calado tan hondo que hasta Beyoncé lo ha utilizado para construir Flawless, una de sus canciones.
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Chimamanda nació en Nigeria en 1977. A los 19 años se mudó a Estados Unidos para estudiar Comunicación y Ciencias Políticas en la Universidad de Drexel. Uno de sus objetivos es dar carpetazo a todos los tópicos que rodean al feminismo. "La palabra feminista ha sido ridiculizada como alguien que 'odia a los hombres' u 'odia los sujetadores'", declara la escritora. "Pero de lo que va es de poner de manifiesto las injusticias que aún existen entre ambos géneros. Mi abuela era una feminista", explica la escritora. "Escapó de la casa de un hombre con el que no quería casarse y terminó haciéndolo con el hombre que quiso. Se negó a muchas cosas, protestó y se manifestó contra derechos que le estaban negando, como el acceso a tierras o asuntos similares. Ella no conocía entonces la palabra feminista, pero eso no significa que no lo fuese".
Pero la escritora no solo se centra en desbancar las erróneas concepciones del feminismo. En su libro también enumera los micromachismos cotidianos que vivimos, como el hecho de que los camareros siempre esperan que paguen los hombres o que la sociedad asuma que son las mujeres quienes deben ceder un poco en su carrera profesional para encargarse también de las tareas domésticas. Inlcuso ahonda en el terreno sexual: "Existe una diferencia a la hora de hablar de la pérdida de la virginidad, algo que para las chicas parece que debe ser un momento sagrado. Ellas terminan convirtiéndose en mujeres que no pueden reconocer que sienten deseo. Crecen -y esto es lo peor que podemos hacerle a las chicas- para convertirse en mujeres que han hecho de fingir una forma de arte". Por eso insiste en que inculcar el feminismo desde la educación temprana de los niños y niñas no solo es importante, sino fundamental.
En su discurso también está presente el feminismo para hombres. Y es que todavía hay muchos que, o no saben si quiera a qué se refiere este concepto, o bien lo asocian con un extremismo similar al machismo. Chimamanda se refiere a los hombres no como el enemigo, sino como un género que debe empezar a preocuparse por cambiar las cosas. De hecho, la autora asegura que el mejor feminista que conoce en su vida es su hermano. “Cuando más duro necesita ser un hombre, más débil es su personalidad, pero la persona que va a destacar no es la más fuerte físicamente, sino la más creativa, la más inteligente, la más innovadora.. y no hay hormonas para estos atributos”.
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