Lamia Kaci es la madre de la pequeña Silya, una niña de siete años con un trastorno de autismo. En una tarde de compras, madre e hija entraron en una tienda donde Silya tuvo que sufrir la poca paciencia y la antipatía de la dependienta. Fue en el momento en el que Lamia se disponía a pagar las prendas que acababa de elegir con su hija, cuando la dependienta les pidió (o más bien ordenó) que no volviera nunca a esa tienda con su hija porque asustaba a los clientes. Muy disgustada por lo ocurrido, Lamia rompió a llorar.
El martes pasado, la afectada madre declaraba a la radio francesa France Bleu: "Me parece imposible creer que la gente diga esas cosas. Es como si pretendieran que dejara a mi hija atada a la puerta y yo entrara a comprar como si no pasara nada". Después de lo ocurrido, los padres de Silya decidieron poner una queja por discriminación. "No solo pienso en mí. Pienso también en todos los padres que están en nuestra situación", añadía el padre de la pequeña. E incluso si el dueño de la tienda ha presentado sus disculpas a la familia Kaci, la dependienta sigue sin retractarse de sus palabras.
El autismo es una enfermedad que afecta a día de hoy a unos 50.000 menores en España. Los niños con autismo son como los otros niños y es inadmisible que todavía hoy sean víctima de discriminación en su vida cotidiana, tanto en el plano social como en el escolar.
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