A raíz de la muerte de Özgecan Aslan, la estudiante turca de 20 años que fue asesinada por un conductor de autobús después de intentar violarla, la ola de indignación que recorre Turquía no ha parado de manifestarse en forma de protestas a lo largo de los últimos días. Una de las más comentadas fue la que tuvo lugar la semana pasada, a la que se sumaron cientos de hombres vestidos con minifalda para denunciar el sexismo.
La propuesta se movió a través de las redes sociales con el hashtag #ozgecanicinminietekgiy (ponte una minifalda por Özgecan), animando a los hombres a sumarse a esta causa que pretende denunciar la mentalidad conservadora de algunos hombres respecto a la forma de vestir de las mujeres y el acoso sexual que éstas sufren.
Una iniciativa que se lleva a cabo en un país donde las leyes contra la violencia de género se aplican de manera dudosa y donde, el pasado año, murieron 281 mujeres a causa de esta lacra social. Sin duda, el hecho de que tantos hombres compartan una mentalidad de igualdad y no discriminación, supone todo un impulso para evitar el retroceso que propone el presidente turco Erdogan, quien ha declarado en más de una ocasión que "los hombres y las mujeres no pueden estar en posiciones iguales porque va en contra de la naturaleza". Se agradece que no todos los hombres del país piensen como él.
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