Con la firma de un contrato de alquiler los inquilinos adquieren una serie de derechos y obligaciones que siempre dependerán de las condiciones de la vivienda. Pero existen algunos momentos clave a la hora de alquilar un piso. Te detallamos los más importantes y cómo se debe actuar en cada caso.
El alquiler
La primera de las obligaciones de un inquilino, por supuesto, es la de pagar el alquiler y los gastos del mes en la fecha indicada en el contrato. Pero, sin duda, los inquilinos también tienen una serie de derechos que deben tener en cuenta en su relación con el arrendatario:
>Pedir cada mes un recibo que demuestre que se está pagando el alquiler (sobre todo si vas a pedir o ya recibes ayudas por parte del Gobierno).
>Libertad en el modo de pagar el alquiler. No te pueden imponer una deducción directa de la cuenta corriente o la nómina.
>Pedir que el pago del alquiler sea mensual (en el caso de que no lo sea).
>El arrendatario no podrá entrar en la vivienda sin previo aviso al inquilino.
Las reformas
El inquilino está en su casa así que tiene el derecho de realizar trabajos que mejoren su comodidad o adecuen el piso a sus gustos. Si los trabajos en cuestión no los ha pedido el propietario es el inquilino quien debe pagarlos. Pero atención porque los cambios no deben deteriorar la propiedad o hacer que alquilarla sea más difícil. Así pues se suelen prohibir colores poco habituales, grafitis, tirar tabiques, instalaciones inamovibles, etc...
La rescisión del contrato
El contrato de alquiler se suele realizar por un mínimo de cinco años, siempre que los interesados no lleguen a otro acuerdo de forma mutua y el propietario tiene la obligación de renovarlo año tras año. El inquilino, sin embargo, puede rescindirlo al final de cada año, eso sí, siempre debe avisar con un mes de antelación. Si se cumplen los cinco años y ninguna de las partes manifiesta su disconformidad de seguir con el contrato, éste se renovará automáticamente por tres años más. En cualquier caso, el inquilino también puede rescindir el contrato al final de cada año y con previo aviso.
De todas formas te recomendamos que firmes un acuerdo por escrito con el propietario antes de iniciar las reformas y sobre todo, debes saber distinguir los trabajos de mantenimiento relacionados con el envejecimiento de la propiedad, que siempre los llevará a cabo el propietario de los trabajos de mantenimiento corrientes, de los que se encargará el inquilino.
La fianza
Normalmente al firmar un contrato de alquiler se suele pedir una fianza es decir, una cantidad determinada de dinero que el propietario guarda y utiliza para la regularización de los gastos, las reparaciones tras la rescisión del contrato, etc. Todos estos gastos deben estar siempre justificados y cuando el inquilino devuelve las llaves al propietario la fianza suele devolverse al inquilino.
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