Ser guapo no es sinónimo de ser una persona ejemplar. Muchos y muchas lo saben, e incluso, han vivido en su propia piel el precio de la belleza en una pareja a través de comportamientos –a veces- egocéntricos, narcisistas o poco comprometidos.
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Es cierto que los gustos de cada cual influyen, y que en las sociedades actuales existe una cultura de la belleza que empuja a diferenciar quién es atractivo de quién no pero, según muchos investigadores, el atractivo viene marcado en su mayoría por preferencias biológicas, meramente reproductivas; nada más. Y aunque asociemos este rasgo de forma subconsciente a otros muchas características positivas, no están relacionadas.
Es por ello que, cuando pensamos en una cárcel, tendemos a imaginarnos a sus reclusos con un aspecto rudo, violento, poco aseado e incluso desagradable, como consecuencia de la imagen que se proyecta en los medios de comunicación. Ésta rara vez se corresponde con la realidad.
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Estas galerías son una recopilación de algunos de los reclusos y reclusas con más atractivo de diversos centros penitenciarios del mundo. Personas normales y corrientes que cometieron un error, o varios, y ahora saldan su deuda con la sociedad, y para las que no ha habido ninguna diferencia por el hecho de ser más o menos guapos –al menos que sepamos-, salvo un cierta notoriedad mediática y cierta fama o popularidad en sus módulos…
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