Nos alegran el día a día, son parte de nuestra familia, tanto, que a veces se nos olvida que son animales y nos sorprenden con sus “ocurrencias.”
Ser mascota no es fácil. Han de estar contentos, receptivos, con ganas de juego cuando al dueño le apetezca ¡y la cosa se complica cuando hay niños entre medias! La recompensa, por otro lado, suele estar asegurada: Diversión, compañía y, por supuesto, comida garantizada.
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A veces, cuando de jugar se trata, nos muestran su lado más naif y, como niños pequeños, les basta con tapar sus ojos para pensar que no los ve nadie.
Es el caso de esta pequeña selección de mascotas. Podría decirse que van de incógnito y se mimetizan con el entorno, o al menos eso quieren pensar pero, la realidad es bien distinta y nos regala momentos delirantes en los que su “camuflaje” no funciona como debería.
Es probable que, quién no los tenga en su vida no se sienta reconocido, pero para aquellos que se definan como amantes de los animales, será irresistible esbozar, cuanto menos, una sonrisa con algunas de las situaciones en las que a veces los descubrimos.
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