Aparentemente no parece que, un ser tan pequeño, pueda provocar grandes cambios en su entorno ¡Error! Consiguen modificar a su antojo y en función de sus necesidades el hábitat de un hogar - perro incluido- para hacer, exactamente, aquello que quieren.
Es cierto que hay muchos factores que influyen de forma decisiva en la educación y comportamiento -social e individual- de un gato.
Su raza, el trato que haya recibido en sus primeras semanas de vida, la educación tras entrar en casa, la convivencia con otros animales o el entorno -si es una casa cerrada o con espacios abiertos- influirán de forma determinante en su relación con el mundo, pese a que existen normas no escritas de su conducta que cualquier amante de los gatos conoce aunque no siempre se den.
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Algunas de estas leyes gatunas son que adoran beber de cualquier lugar que no sea su recipiente para el agua, les encantan las fiestas nocturnas -te invitan siempre aunque madrugues al día siguiente-, su postura para dormir es imposible de replicar para cualquier miembro del Circo del Sol, si un rayo de sol entra en casa han de aprovecharlo -siempre-, tienen reloj interno, no soportan acercarse a nuestra cara...
Este recorrido por los hábitos de un minino, a través de las tiras cómicas de la ilustradora Catsu, nos muestra en tono de humor y de forma más o menos certera, algunas de las manías más típicas de todos los gatos.
Comportamientos que se repiten, generación tras generación, raza tras raza, de forma sistemática al margen del animal y su entorno. ¿Y tú? ¿También has visto a tu gato reflejado?
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