Entorno a la cuarta semana de embarazo, el óvulo fecundado se implanta en el útero. Cuando esto ocurre se puede producir una ligera hemorragia vaginal, que es lo que se conoce como el sangrado de implantación y que puede confundirse en ocasiones con la menstruación. Este tipo de sangrado se produce porque el óvulo, durante el proceso de anidación en el útero, daña pequeños vasos sanguíneos. Suele ser algo normal que no entraña riesgos, sin embargo, existen otros tipos de sangrados en el embarazo a los que conviene prestar especial atención.
Causas del sangrado en el embarazo
Según apunta la Clínica DAM Madrid, hasta el 10% de las mujeres presentan sangrado vaginal en algún momento durante su embarazo, especialmente durante el primer trimestre de gestación. Un sangrado que es incluso más común si se trata de un embarazo de gemelos. Pero estas hemorragias se pueden dar a lo largo de los meses que dura la gestación. Otras causas, además del sangrado de implantación, pueden ser:
- Relaciones sexuales: si a través de las cuales se ha lesionado en cierta medida el útero.
- Presencia de algún pólipo o tumor benigno en el cuello del útero.
- Desprendimiento prematuro de placenta: separación o desprendimiento de los tejidos que forman la placenta, el órgano que ayuda a alimentar al bebé, de la pared del útero. Si la separación es mínima, basta con reemplazar el líquido perdido y realizar reposo. Pero si el sangrado es abundante, con un tono marrón y la placenta se ha desprendido totalmente, se practicaría una intervención de urgencia (cesárea o parto inducido) para evitar riesgos.
- Placenta previa: ocurre cuando la placenta se posiciona en la parte inferior del útero, impidiendo un parto normal. Se trata de una de las causas principales de sangrado durante los tres primeros meses del embarazo.
- Embarazo ectópico o extrauterino, que sucede cuando el embrión se implanta en las trompas de Falopio en lugar de en el útero.
- Ruptura prematura de membranas antes del inicio del parto.
- Ante un parto prematuro.
- Aborto espontáneo
Estas causas se establecerán después de un diagnóstico médico, por eso es importante acudir al especialista cuando notemos una hemorragia (no confundir con manchado, pues la hemorragia es más abundante). Si el sangrado es escaso, tiene una breve duración, no se repite y no existe dolor abdominal, generalmente no conlleva motivo de preocupación. Se puede deber, entre otras cosas, al sangrado de implantación.
Si por el contrario, el sangrado es abundante, persiste y se acompaña de molestias como: dolor abdominal, nauseas, vómitos, malestar general o fiebre, lo recomendable es acudir lo antes posible al centro médico para que se realicen las pruebas pertinentes.
En cualquier caso y ante cualquier duda, siempre es mejor acudir a los profesionales médicos para que realicen una revisión y nos ofrezcan los mejores consejos para poder disfrutar de un embarazo saludable.
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