Cuando el cuerpo de la mujer detecta el cambio hormonal que conlleva el embarazo, aumenta el flujo vaginal. En muchos casos, sobre todo las primerizas, desconocen este dato pero no hay por qué alarmarse ya que se trata de uno de los muchos cambios que sufre el cuerpo de la mujer durante el embarazo. Hay mujeres que incluso estando embarazas pueden seguir menstruando durante algunos meses por lo que, el cambio que sufre el flujo en el embarazo puede darnos un pista extra sobre nuestro estado.
Todas las mujeres a diario podemos encontrar pequeños restos de flujo en nuestra ropa interior. Muchas, por su naturaleza hormonal lo tienen de forma más abundante, y otras en menor cantidad. El espesor y el olor varía según cada mujer. En el caso de las embarazadas el flujo será más abundante y espeso debido a la mayor producción de estrógenos aunque cada mujer es diferente y los cambios serán diferentes según su naturaleza.
Secreción vaginal: algo normal y natural
Toda mujer embarazada ha de saber que el aumento de secreción vaginal es algo normal. Muchas piensan que se puede tratar de una infección que puede afectar al feto, pero la realidad es que forma parte del proceso del embarazo.
Este hecho, puede resultar desagradable e incómodo tanto para ti como para tu pareja pero lo único que se puede hacer es tratarlo con higiene tanto por el bien de la madre, como por el bien del niño. Una buena forma de prevenir infecciones es un lavado escrupuloso de la zona, siempre de la parte de delante hacia atrás para evitar el contacto con la vagina. Se pueden utilizar protectores de algodón para mayor comodidad y sobre todo ten en cuenta que no debes utilizar tampones. La zona genital tiene que mantenerse limpia y seca y es aconsejable utilizar ropa interior de algodón y evitar los tejidos sintéticos.
Revísalo de forma periódica
A pesar de que el aumento de flujo en el embarazo es algo normal y natural no hay que descartar la posibilidad de una infección. Si la secreción tiene un tono verdoso, con un olor desagradable y va acompañada de picores, consulta a tu ginecólogo porque posiblemente se trate de una infección. Si es así... ¡no te preocupes! El bebé no tiene por qué verse afectado.
Si por el contrario, el líquido es excesivamente líquido, inoloro e incoloro sí que es motivo de prestarle atención porque puede tratarse de pérdida de líquido amniótico y el bebé puede correr riesgo. Además, a medida que se acerca el momento del parto, el flujo puede pasar a un tono amarronado, en este caso también es aconsejable acudir al ginecólogo lo antes posible.
La mejor opción: cuídate más que nunca durante el embarazo
Una buena alimentación en el embarazo, es la mejor prevención para evitar infecciones. Hay médicos que desaconsejan de forma tajante la ingesta de azúcar refinada, ya que puede crear el terreno perfecto para el nacimiento de hongos, en cambio, sí se aconseja tomar yogur diariamente. Por supuesto, ninguna de estas dos opciones es determinantes sino que se debe tomar como un apoyo a una alimentación sana y saludable durante el embarazo.
Si notas que el flujo va aumentando progresivamente tampoco hay que asustarse. A medida que se acerca el momento del parto, el flujo aumenta en cantidad y es cada vez más espeso. Sin duda, saber los cambios que puede sufrir el flujo vaginal durante el embarazo y poder diferenciar una infección de la pérdida de líquido amniótico puede hacer que los nueve meses de embarazo se lleven de una forma más tranquila y feliz. Solo tienes que preocúpate de cuidarte más que nunca durante estos meses y permanecer tranquila pero alerta para prevenir cualquier situación que pueda ser de mayor importancia.
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