Ya queda muy poco para ver la carita a tu bebé. Durante el noveno mes de embarazo tu cuerpo ya se está preparando para el parto, por lo que sentirás cambios significativos en la zona de la pelvis. Además, el bebé sigue ganando peso, así que es normal que te sientas más incómoda y cansada. Aunque el embarazo suele durar 40 semanas, es muy habitual que el parto se produzca dos semanas antes o dos semanas después. Por lo tanto, si el nacimiento se produce a partir de la semana 37 el bebé ya no es prematuro y no necesitará ningún tipo de ayuda respiratoria. Sigue leyendo para saber más.
Evolución del bebé en el noveno mes de embarazo
Como indicábamos al inicio, el bebé sigue creciendo y adquiriendo fuerza para nacer. En la semana 37 mide unos 48 centímetros y pesa, aproximadamente, 3 kilogramos. Sus pulmones han madurado lo suficiente y están listos para respirar. En este momento su espacio es reducido, por lo que sus movimientos son más limitados y menores, pero debes percibirlo todos los días. Lo normal es que busque una postura más cómoda, con la cabeza hacia abajo y mirando hacia la espalda de la madre, posición que es propicia para el parto. No obstante, en algunos casos la colocación no se produce hasta muy poco antes del nacimiento o, incluso, tiene que ser provocada por el médico o las matronas.
El cuerpo de la madre en el final del embarazo
A partir de este momento es probable que sientas picor en la barriga, ya que la piel está muy tensa. Si es tu caso y las ganas de rascarte te persiguen, ¡no lo hagas! Solo conseguirás que se irrite la zona. La solución para evitarlos es mantener la piel muy bien hidratada, utilizar jabón pH Neutro y evitar las duchas muy calientes. Por otro lado, como ya hemos comentado, en esta última fase del embarazo la tripa, por su tamaño, empieza a ser molesta y es normal que te sientas más cansada. También es posible que la hinchazón de los tobillos y pies aumente. Lo ideal es que descanses siempre que lo necesites.
Cuando el bebé se coloque para el parto, sentirás alivio en la zona de las costillas y podrás respirar mejor, pero la presión recaerá sobre la pelvis. Esto puede provocar molestias en las ingles y una mayor necesidad de hacer pis, ya que la vejiga también está presionada. Durante este mes lo más habitual es que tu peso se mantenga estable.
A nivel psicológico puede que estés más ansiosa y preocupada. En este momento, especialmente en las últimas semanas, es cuando algunas mamás sienten el impulso de tener todo preparado para la llegada del bebé. Es lo que se conoce como el síndrome del nido y, si lo padeces, es importante que procures relajarte para no gastar la energía que necesitarás durante el parto. No te agobies y pide ayuda a tus familiares.
Controles médicos
En este periodo las revisiones serán más frecuentes y es recomendable que acudas al médico ante cualquier molestia. El ginecólogo comprobará los movimientos fetales, te pesará y te tomará la tensión. Prestará especial atención a que la placenta siga cumpliendo su función y a que el bebé disponga del suficiente líquido amniótico. En caso de que no sea así es posible que decida provocar el parto para evitar riesgos.
¿Cómo sé si estoy de parto?
Esta es una de las dudas más frecuentes en mamás primerizas. Las contracciones del parto no serán las únicas que sentirá la futura mamá, sino que también notará las que se producen por la colocación del bebé (entre dos o cuatro semanas antes del parto) y las preliminares, que son irregulares y pueden ser dolorosas o indoloras. Las contracciones del parto se diferencian de estas últimas porque son más fuertes y cada vez se producen en intervalos más cortos. Además, se incrementan si la madre realiza alguna actividad. Otros signos que pueden ayudarte a identificar que el parto se acerca son los siguientes:
- El aumento de peso de la madre cesa, normalmente una semana antes.
- Puede aparecer una ligera diarrea.
- Unos días antes se puede producir un manchado debido al desprendimiento del tapón mucoso que sellaba el orificio del cérvix uterino. Si el flujo es ligeramente sangriento o rosa, significa, generalmente, que todo es normal. Si, por el contrario, el flujo es de un fuerte rojo claro se debe realizar un reconocimiento de inmediato, porque podría tratarse de un desprendimiento prematuro de la placenta.
- Otra señal de que el parto es inminente es la rotura de la bolsa amniótica, que puede producirse sin que hayan aparecido las contracciones. Si esto ocurre acude al médico, ya que aunque no te duela nada, el parto se producirá en las próximas horas y la rotura puede propiciar la entrada de infecciones.
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