Traer un hijo al mundo sin haber contraído matrimonio se denominaba hace no mucho tiempo “ser madre soltera”. El término conllevaba una pesada carga social de vergüenza y deshonor, en muchos casos. Era cuando tu hijo, concebido en un acto sexual fuera de las instituciones socialmente aceptadas, te colocaba prácticamente en riesgo de exclusión social. La mujer lo tenía muy difícil entonces para volver a encontrar pareja, para formar una familia y para encauzar su vida en general.
Hoy este acto se llama maternidad en solitario y en muchísimos casos se lleva a cabo por decisión libre y voluntaria. Nada de “accidentes”, “deslices “ o “penalites”, como de forma popular se denominaba a los embarazos involuntarios.
Según los datos aportados por Clínicas Eva, es común que muchas mujeres, sin tener a priori un factor de esterilidad física, soliciten en las unidades de reproducción asistida tratamientos para poder concebir y ser madres solteras (suponen casi el 35% de los tratamientos de reproducción asistida). El perfil principal de estas mujeres suele ser de edad entre los 35-45 años, con un nivel socio-económico medio-alto, buen estado emocional y una amplia red de apoyo.
Para Victoria Martínez Navarro, psicóloga experta en fertilidad en estos centros, son dos los motivos por los que se toma la decisión de abordar la maternidad en solitario. De un lado, y, sobre todo, el poderoso deseo de ser madres cuando no tienen pareja y el reloj biológico continúa corriendo. Del otro, la decisión de construir una familia monoparental: "Este nuevo modelo de familia es un reflejo tanto de la diversidad familiar como de la autonomía femenina para construir su propio destino".
La decisión de ser madre soltera suele ser muy meditada y planificada, lo que conlleva un efecto psicológico positivo, pero supone también una lucha diaria para integrarse con su hijo en la sociedad. Hablamos de todo lo que conlleva criar y educar a un hijo y que en estos casos debe realizarse en soledad. No se tiene la posibilidad de compartir ni las responsabilidades, ni las dificultades: problemas de conciliación de su vida personal, familiar y laboral, económicos, falta de tiempo libre, y, sobre todo, los relacionados con la crianza del bebe.
Cuando ésta se realiza en solitario pueden aparecer otras dificultades, las emocionales, que, además, pueden desbordarse con el cansancio y los cambios hormonales. Victoria Martínez ha identificado las siguientes:
- Dificultades para afrontar el deseo incumplido de tener un hijo con una pareja sentimental.
- Alteraciones emocionales y estrés durante el tratamiento.
- Posibles fracasos del tratamiento, embarazos múltiples, etc.
- Falta de apoyo social y familiar.
- Falta de estrategias para afrontar la actitud social del entorno.- Incertidumbre sobre como desvelar al niño sus orígenes.
La recomendación principal para todas estas madres solteras es contar a su alrededor con personas que le acompañen durante este proceso, que le ofrezcan la atención que ella necesita y le ofrezcan seguridad y confianza (familia, amigos, asesoramiento psicológico prenatal, etc…). Es importante ser consciente en todo momento, añade la psicóloga de Clínicas Eva, de las dificultades que pueden surgir durante el embarazo, por lo que es necesario tener información detallada sobre el tratamiento médico al que va a ser sometida, conocer las alteraciones emocionales que dicho tratamiento puede ocasionar, así como anticipar y estar preparada para la futura crianza del hijo.
Por supuesto, la decisión de traer un hijo al mundo sin tener pareja ofrece a la mujer un lado positivo y lleno de emociones inesperadas. Según los múltiples estudios y seguimientos realizados a madres solteras por elección, este tipo de maternidad también presenta algunas ventajas:
- Ayuda a la mujer a valorarse más, ganando confianza en sí misma y creando autonomía.
- Aumenta la satisfacción personal, felicidad y alegría.
- Mayor sentimiento de libertad.
- Mayor implicación con los hijos.
- Disminuye la interferencia en la toma de decisiones.
Contenido elaborado en colaboración con Clínicas Eva.
LETTER
Y además:
¿Incide los factores TRA en el riesgo de depresión postparto?
Método Stop Thinking: cómo combatir los miedos durante el embarazo