Una de las muchas preguntas que se hacen las embarazadas cuando se encuentran en pleno proceso de gestación es: ¿podré seguir comiendo y bebiendo lo mismo que antes? Generalmente, la respuesta es no, ya que durante el embarazo algunos alimentos presentan un mayor número de riesgos respecto a los beneficios que pueden aportar muchos otros que pueden funcionar como sustitutivos. ¿Qué ocurre entonces con aquello con lo que no podemos vivir, como es la cafeína?
Muchas mujeres están habituadas a afrontar el día con una o varias tazas de café en la mano, puesto que el café es una de las bebidas más consumidas en todo el mundo para que la jornada laboral sea más liviana y nos podamos ahorrar algún que otro bostezo gracias a la cafeína (también presente en infusiones, tés e, incluso, en el chocolate). Sin embargo, durante los meses de gestación conviene reducir su consumo y beber menos de lo habitual.
¿Qué síntomas presenta el café en una embarazada?
Son varios los especialistas que no recomiendan en ningún caso el consumo de bebidas con cafeína durante el embarazo, puesto que se abre ante las embarazadas un abanico de riesgos que pueden evitar si evitan la tentación de tomarse una taza de café durante los meses de gestación.
Esto se debe a que la cafeína puede llegar a atravesar la placenta e influenciar directamente al bebé en lo relacionado al crecimiento y posterior desarrollo de las células del feto, hasta el punto en que puede alterar su respiración, la frecuencia cardíaca, la presión arterial y el flujo de la sangre, de modo que los niños nacidos de madres consumidoras de café pueden nacer con algun problema por estas limitaciones.
En el caso de las mujeres embarazadas, su organismo tarda hasta 18 horas en eliminar los efectos de la cafeína en su cuerpo (un proceso mucho más rapido en aquellas personas que no se encuentran en estado de gestación, que puede llegar a durar entre cuatro y seis horas).
Al retener más miligramos de cafeína si el consumo de café no es moderado, ésta estimula la liberación de ácidos en el estómago, lo que puede provocar dolores y otras molestias estomacales en la madre, además de otros riesgos derivados de esta ingesta, como episodios de ansiedad, fatiga mental, nerviosismo e insomnio.
No obstante, estas consecuencias no solo son palpables una vez la embarazada dé a luz, sino que, en el peor de los casos, abusar de esta bebida y no tomarla en pequeñas cantidades también puede contribuir a un aborto natural o espontáneo o bien al parto prematuro cuando el niño aún no presenta todas las condiciones necesarias para pasar sus primeros días lejos de las incubadoras.
¿Y puedo beber café descafeinado?
Lo ideal es que tampoco lo hagas, ya que este derivado no indica en ningún caso que no contenga nada de cafeína ya que si contiene un pequeño porcentaje (alrededor de los 2 o 3 miligramos, mientras que el café normal alcanza los 100 miligramos). La cantidad de este alcaloide depende en gran medida del grano del café y el proceso que se lleva a cabo con él para su consumo.
Si bien es cierto que contiene mucha menos cafeína que un café normal y por ello no fomenta el insomnio, aunque en menor medida sí que puede afectar a las mujeres embarazadas si estas lo beben de forma compulsiva. En todo caso, beber una taza de café descafeinado puede aportar ciertos beneficios a nuestro organismo, ya que tiene propiedades antiinflamatorias e, incluso, antimicrobianas.
Algunas recomendaciones
Como hemos mencionado con anterioridad, es importante que cada embaraza conozca cuáles son los riesgos de comer ciertos alimentos y beber ciertas sustancias durante el embarazo. Por ello, te contamos a continuación cuáles son las recomendaciones a seguir en lo que se refiere a la ingesta de café.
Ha quedado claro que durante el embarazo lo ideal es que se beba a un ritmo moderado y en cantidades pequeñas o que directamente se elimine de los hábitos de las futuras mamás bebidas que contengan cafeína para evitar influir en el peso de los bebés recién nacidos o bien de los niños cuando se encuentran en la etapa infantil.
Así, la Organización Mundial de la Salud (OMS) establece que 300 miligramos de café al día (lo que es una taza aproximadamente) debe ser la máxima cantidad a tomar por cualquier persona, por lo que las mujeres embarazadas deben reducir su ingesta considerablemente para evitar problemas relacionados con el peso del feto y durante su infancia, cuando los niños pueden alcanzar el sobrepeso. En el peor de los casos, podría llegar a sufrir un aborto espontáneo.
De este modo, las mujeres embarazadas deben ir reduciendo esta bebida en su vida, añadiendo más leche al café, cargando menos la cafetera o, incluso, pasarse al descafeinado para ir quitándolo de su dieta por completo. También debe hacer lo mismo con alimentos como el chocolate y bebidas como el té, el mate, los regresos de coca-cola e, incluso, con algunas cremas y productos cosméticos y medicamentos que se pueden adquirir sin la receta del médico también pueden incluir este alcaloide.
Según varios expertos, existe una lista amplia de alimentos que deberían estar prohibidos durante el embarazo, tales como la carne cruda, pescados ahumados o marinados, mariscos, productos cárnicos curados (chorizo, salchichón, jamón serrano...), lácteos y quesos blancos sin pasteurizar, patés, foies, brotes crudos, pescados grandes (como el atún o el pez espada), alimentos procesados o algas.
En el repertorio de bebidas, por supuesto, si quieres que tu bebé nazca libre de riesgos y que ambos estéis sanos durante los meses de gestación, debes saber que el alcohol está totalmente prohibido en el embarazo. En este caso, no hay cantidad mínima segura, por lo que lo más aconsejable es evitarlo completamente para que el feto no nazca con problemas cognitivos o discapacidad intelectual. Como ocurre con la cafeína, en el peor de los casos podría tener lugar un inminente aborto o muerte fetal.
¿Cómo evitar caer en la tentación?
Reconocemos que la cantidad de alimentos que podemos adquirir para nuestro consumo propios durante los meses de embarazo es muy limitada, pero siempre podemos echar mano de otros productos en los que quizás no nos habíamos parado a pensar. El médico puede aconsejarnos cuales son aquellos que podemos tomar en cada trimestre del embarazo según nuestras necesidades.
En cuanto al café, se presenta un amplio y rico abanico de alternativas menos nocivas para nuestro feto, como son las infusiones de manzanilla, los tés suaves, los refrescos caseros, el cacao con leche o la infusión de achicoria, cuyo consumo se suele recomendar a aquellas personas que quieran perder exceso de peso y que es un claro sustitutivo del café por su leve toque amargo. Así, una taza cada mañana podría aportarte toda la energía que necesitas para arrancar con ganas la semana.
Este complemento mantiene cierta relación con algunas vitaminas, como la B9 (también llamado ácido fólico, que lo contiene principalmente la verdura, los cereales y los frutos secos), la B12 (pescado, carne en su correcta preparación, lácteos), y la B6 (puedes encontrarla en el pollo y algunas frutas y verduras).
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