¿Qué puede hacer el ECOPE o exceso de consumo de oxígeno post ejercicio por nosotras? Pues mucho. El ECOPE se puede explicar de forma simple como un proceso del metabolismo por el que se sigue consumiendo oxígeno después de la práctica de ejercicio. ¿Y esto que quiere decir de forma práctica? Pues que existen formas de entrenamiento con las que se consigue seguir quemando calorías incluso después de terminar la sesión de entrenamiento por la actividad de nuestro metabolismo. Es decir, después de una sesión de gym, cuando ya estás en tu casa, duchada y disfrutando de tu serie preferida sigues quemando grasa. Así de simple.
Cuando se hace ejercicio el organismo consume oxígeno. En los deportes más suaves como la marcha, el yoga o el running el consumo de oxigeno no es muy alto, el pulso no se acelera en exceso y una vez finalizado el entrenamiento el cuerpo vuelve a su estado normal sin esfuerzo. Sin embargo, en el caso de los entrenamientos de alta intensidad o en los que se trabaja con altas cargas la cosa cambia. El esfuerzo es tan alto que el pulso se acelera, el consumo de oxígeno se dispara y el metabolismo trata de compensar este gasto de oxígeno consumiendo las reservas de oxígeno de la sangre (no le basta con que el que se obtiene a través de la respiración). El resultado es que una vez finalizada la sesión de entrenamiento el organismo necesite reponerse del esfuerzo y volver a adaptar el consumo de oxígeno. Este proceso de recuperación del organismo es lo que se conoce como ECOPE. Lo interesante es que este proceso de adaptación del metabolismo implica un gasto calórico. Es decir, se pierde grasa aunque ya no estés haciendo deporte.
Además, cuanto más intenso sea el ejercicio más tiempo de recuperación se necesita y más alto será por tanto el ECOPE porque el cuerpo tarda más en recuperarse y en volver al estado basal de reposo. Según varios estudios, el ECOPE empieza en el minuto 1 hasta casi 48 horas después de terminar el ejercicio (¡48 horas después del entrenamiento sigues beneficiándote del trabajo en el gym!). El tiempo estimado de este periodo depende del tipo de ejercicio que se haga y de la duración de la sesión de entrenamiento.
Según los expertos, lo ideal es decantarse por sesiones de entrenamiento de alta intensidad adaptadas a la condición física y las necesidades de cada persona. Consulta con tu entrenador cuál es la mejor rutina de entrenamiento para ti y empieza a ponerte en forma. ¡Existen muchas alternativas de ejercicios para montar tu sesión de entrenamiento!
¿Cuáles son los beneficios de un entrenamiento de alta intensidad?
Incluir sesiones de entrenamiento de alta intensidad en tu rutina tiene muchos beneficios para la salud. Además de ayudarte a mantener una buena condición física y perder peso de forma eficaz ayuda a mejorar la capacidad cardiovascular, tanto anaeróbica como aeróbica, mejora la capacidad muscular y ayuda a controlar los valores de presión sanguínea. Además, algunos estudios publicados en los últimos años señalan que un entrenamiento de alta intensidad puede favorecer el tratamiento, control y prevención de determinadas patologías cardiovasculares.
¿Todo el mundo puede hacer ejercicio de alta intensidad?
Sí, pero con matices y sentido común. Los entrenamientos de alta intensidad llevan al cuerpo al límite y por este motivo hay que tener en cuenta algunas consideraciones. Este tipo de entrenamiento no está indicado para personas con problemas cardiacos, lesiones o problemas a nivel de las articulaciones o que sufran alguna enfermedad grave. Además, la intensidad tiene que adaptarse a la condición física de cada persona para evitar lesiones innecesarias. Por este motivo, se recomienda consultar siempre con un profesional y someterse antes a un reconocimiento médico apropiado.
Lo importante es disfrutar con el deporte. Hay una modalidad deportiva para cada persona. Repasa la lista con las 50 modalidades deportivas más divertidas y encuentra la tuya.
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