¿Eres de las personas que se arriesgan en la vida? Entonces estamos seguras de que este estilo encaja con tu personalidad a la perfección. Estamos acostumbradas a ver las tendencias que provienen de los países nórdicos donde reina el minimalismo, los colores neutros, los pasteles... en los que "menos es más". Pero, ¿qué pasaría si le damos la vuelta y nos dejáramos llevar por el estilo maximalista? Quizás lo has escuchado alguna vez o has visto alguna revista de decoración donde lo mencionen, se trata de la antítesis al minimalismo, "cuanto más, mejor" podríamos decir.
Mezclar estilos, colores, materiales, combinar distintos estampados, jugar con la iluminación con los volúmenes, los muebles... Si te interesa saber un poco más sobre cómo adaptar esta corriente a tu casa: el salón, el dormitorio, tu jardín... Aquí tienes unas cuantas pautas que son clave para conseguirlo.
© Pinterest vía Dawne Woodley
El color es vida
Una de las premisas más importantes de este estilo es la fuerza y energía que transmiten los colores. Jugar con distintas tonalidades aportarán vida y entusiasmo (tanto a tu hogar como a ti). Tanto los muebles más importantes de la estancia como los complementos como cojines, cuadros o lámparas podrán combinarse en varios colores. No se trata de seguir una misma paleta de tonos, sino de todo lo contrario. Conseguir mezclas imposibles pero que aportarán calidez a la habitación.
¡Ni un hueco libre!
Todo es aprovechable y todo es suceptible de convertirse en elemento decorativo y es que cuantos menos huecos dejes libres tanto en tu librería como en las mesas, estanterías y paredes, ¡mucho mejor! Normalmente este estilo denota una parte muy sentimental de los dueños de esos objetos ya que estos objetos suelen tener historias personales o recuerdos importantes tras ellos.
A tope de luz
La iluminación es otro de los elementos clave para conseguir este estilo. ¡Cuanto más iluminemos la habitación mejor! La luz natural es importante pero la artificial todavía lo es más si cabe. Con ella daremos mayor énfasis tanto a los estampados como a los colores que hayamos elegido para decorar la habitación. ¡Todo a lo grande!
Estampados por doquier...
Es hora de que aproveches para incluir todos los estampados que viste la última vez que fuiste a por cojines nuevos y no te decidías... Ahora puedes incluirlos todos, y efectivamente, el efecto será maximalista total. Olvídate de la sutileza en los colores y apuesta por los prints en los textiles de tu hogar. ¡Lánzate a la piscina!
Apuesta por los collage
Los trozos de tela distintos como por ejemplo, la tendencia pachwork, será ideal para este estilo. No dudes en combinar distintos materiales, colores... ¡todo vale!
Mezcla estilos
Los materiales y las texturas también son clave a la hora de conseguir un estilo decorativo determinado. En este caso la mezcla de todos será ideal. Desde metales hasta madera, plástico, vidrio, el terciopelo, el lino, el algodón... ¿Se te ocurre algo más?
Con perspectiva...
Otro de los trucos es crear perspectivas continuadas en las que el ojo no descanse jamás. Sabes cuál es el efecto de reflejar un espejo en otro? Pues eso es lo que se quiere conseguir en este estilo. Juega con los marcos de las puertas, de las ventanas... Crea decorados dentro de otros. ¡Un laberinto del que no querrás salir!
Paredes llenas de historia
Rellenar absolutamente todos los huecos de las paredes: podríamos decir que esta sería otra de las pautas para conseguir el estilo maximalista. Si te gusta el arte, estás de suerte. Cuelga distintos cuadros con marcos diferentes, espejos, relojes... ¡Todo lo que se te ocurra! Y que por supuesto, que tengan un valor sentimental (tampoco se trata de poner por poner).
Contenido elaborado en colaboración con Habitissimo.es
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