Manolo Blahnik, Pedro Almodóvar, Alber Elbaz, Christopher Bailey… de los cien invitados, pocos se han resistido a acudir al exclusivo debut de John Galliano como director creativo de Maison Martin Margiela. Un desfile que todos estábamos esperando, queríamos ver la interpretación de Margiela que hacía el gibraltareño después de su largo exilio. Estilos muy diferentes que podían triunfar o ser un auténtico fracaso.
Un desfile histórico, la primera colección Couture de John Galliano para Margiela, al que no acudimos pero que pudimos ver en redes sociales. Renzo Rosso, dueño de la Maison, pedía a la entrada que no se hiciesen fotos pero algunos de los afortunados invitados hicieron caso omiso.
La Alta Costura es el mejor sitio para debutar, hay menos presión (enemigo oficial de Galliano) porque la empresa no piensa en si la colección se venderá o no. Son obras de arte que muy pocos bolsillos se pueden permitir y muy pocas mujeres tienen ocasión (planes o eventos) para llevar. Evidentemente sí que había compradores para exhibiciones privadas, pero para ellos Galliano siempre da la talla. El primer desfile de Galliano dejó clara su identidad y nos deja con ganas de más.
La colección de Alta Costura de Galliano para Margiela superó las expectativas, la casa describe la colección como “Artisanal” debido a que todas las prendas fueron cosidas a mano y creadas con objetos encontrados. Hemos visto algunos clásicos de la firma como el top sujetador o máscaras, pero también nos ha dado la sensación que los malos rollos internos de Galliano cobraban vida. Looks que estaban escondidos en las entrañas del diseñador y que por fín han salido a la luz. Una purga de su alma en toda regla.
LETTER
Maison Margiela mantiene su esencia, clave para que la colección se considere un éxito, aunque elimina de su nombre a Martin.
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