Los locos y los niños no mienten. Las imágenes que acompañan estas líneas son un sencillo gesto de defensa. El hombre que hay detrás no participó en el proceso. Su inconsciente lo hizo. Su Dios infantil también. Ray Caesar convirtió su infancia en los 60 en un búnker mental contra la violencia y la falta de esperanza. Lo logró disociando partes de sí mismo, enterrando objetos en su jardín y cortando puentes con la realidad. Años más tarde recuerda con distancia el tacto de las muñecas que su padre le negaba, los papeles pintados rasgándose en sus dedos, los dibujos en llamas que nadie debía ver. La capacidad curativa de su arte se refleja en un universo alternativo de pintura y 3D: un paracosmos eruptivo, doloroso, catártico, bello.
¿Cuándo decidió convertirse en artista y por qué?
Nunca tomé esa decisión. Incluso ahora no paso ni un segundo de mi tiempo pensando en lo que soy o no soy. Simplemente me encanta crear y ver cómo se materializa aquello que me gusta pensar y mirar y eso es algo que llevo haciendo desde que tengo uso de razón. Construyo las imágenes que veo en mi mente y el acto de crear me permite expresar emociones que no sabría codificar en palabras. Crecí en una familia muy difícil y hasta peligrosa y a veces expresar palabras y emociones podía ser arriesgado. A través de las imágenes pude crear un santuario más amable y sano en mi mente. Un lugar en donde refugiarme y que se parecía más al mundo que yo ansiaba ver. Lo único que hago hoy es liberar todas esas imágenes, como una ventana entre mi corazón y mi alma para que los otros puedan ver quién soy.
¿Cómo describiría su estilo artístico?
Nunca lo describiría como un estilo, porque eso suena a algo que puede cambiarse como una prenda de ropa. Lo que yo hago no podría cambiarlo. No sería capaz de tomar otra dirección. Es como tener una voz y tratar de variarla un día o dos… Al final tu verdadera voz siempre vuelve. A lo largo de los años la voz cambia y evoluciona sola.
Explíquenos la elección de sus personajes, sus modelos…
Son habitantes de mi subconsciente. Son las partes de mi alma que trataba de proteger y ocultar en mi infancia. La dulzura, la inocencia e incluso la ferocidad que no podía expresar. Mis figuras son una expresión de la manera en la que veo el alma humana y la expresión de los contrarios de hombre y mujer y de todos como especie. Son el arquetipo de los aspectos divinos del alma y el subconsciente, que para mí son la imagen mental del crecimiento espiritual. Yo creo modelos digitales esculturales que tienen una conexión visual con mi infancia y la infancia de mi mujer, y los hago por capas reproduciendo la superficie escaneada de nuestra piel. De alguna manera son como muñecos vudú que recogen nuestra energía espiritual para comunicar emociones.
¿Por qué ese mundo de fantasía?
Para mí no es fantasía. Esos personajes habitan en una realidad que yo he creado por ellos. Es el mundo que creé en mi mente cuando era niño como una manera de sobrevivir. Mucha gente llama a esto un paracosmos. Sería fantasía únicamente si no salieran de mi mente pero al traerlos al mundo consciente o lo que algunos llaman ‘real’, son capaces de trasladar historias sutiles, como parábolas, y juegan con la moralidad para crear sentidos al estilo de los viejos cuentos de hadas. Mis personajes son arquetipos de la jóvenes divinidades de cada uno de nosotros, y son mi forma de expresar el crecimiento espiritual.
¿Qué sentimientos tiene hacia Disney o Hollywood?
Para mí son centros de creatividad que tratan de contar historias sobre quiénes somos como personas. No siempre cumplen su función pero yo trato de concentrarme en lo positivo sin dejar de ser consciente de lo negativo. Ese es el combustible de mis propios esfuerzos creativos.
¿Son la inocencia o su ausencia un tema crucial para usted?
Sólo en parte. A través de mi trabajo trato de recuperar algo robado en la infancia pero soy consciente de que nunca lo conseguiré. Pienso que el tema crucial de mi obra es el intento de expresar un sentimiento profundo que oculté hace mucho tiempo en el paracosmos de mi propia creación. No trato sólo de entender cómo me siento en este mundo, sino qué sentimientos se encuentran en mi subconsciente para crear un puente entre ambos y una ventana entre ese puente y el corazón del espectador.
¿Trata usted de atraer la mirada de los adultos despertando sensaciones de la infancia?
Lo que hoy eres como adulto se encuentra equilibrado en los hombros del niño oculto en ti. Ese niño que piensas que ha crecido es la parte más fuerte de ti mismo. Ese que aprendió a caminar, a hablar, a leer, a decir ‘No’; ese que ha peleado contra increíbles adversidades para convertirte en quien eres ahora. Yo trato de mimar al niño que hay dentro de todos nosotros. Una gran parte de mi trabajo consiste en rememorar. Muchos de los objetos y temas que trabajo están en contacto directo con mi propio pasado: uno cruel, insano, bello, feo, lleno de esperanza y maravillas.
¿Cuándo empezaron a interesarle los dibujos animados y los cómics?
De niño. Veía dibujos animados que expresaban lo que yo sentía. Expresaban de forma diferente lo divertido, lo violento, el odio que sentía a mi alrededor. Era un mundo en el que todo podía suceder, vibrante y lleno de color. De niño en los 60 fui a ver una película un sábado por la mañana. Me encantaba sentarme entre otros niños y reírme viendo a Popeye luchar con Brutus tras haber devorado sus espinacas, y terminar rescatando a Olivia… Era maravilloso ver cómo el Correcaminos derrotaba al Coyote simplemente siendo él mismo… Eso me hacía pensar que el mundo de los dibujos animados era prácticamente otro mundo real, así que yo cree el mío propio en mi mente, lleno de color, risas y felicidad, y pude disociarlo de este mundo para convertirlo en mi lugar seguro.
¿Cómo se convierte en arte un dibujo animado?
¿Cuál es tu definición de arte? ¿Quién decide qué es arte y qué no lo es? Yo hago lo que soy y soy lo que hago. Arte es lo que elijo ser y lo que tú eliges ser… es sencillo y emocional, es una expresión visual del ser humano. Yo no convierto un dibujo animado en arte, convierto mi propia vida en mi propia forma de arte, y lo hago porque es lo que quiero y lo que me parece más correcto. Quizá cuando la vida es dura y te supera, la única cosa que puedes hacer es Arte.
¿Son las nuevas tecnologías importantes en su trabajo?
No son decisivas. Como están ahí las uso, pero son simplemente otra herramienta como la mano, el pincel, el lápiz… La herramienta más importante es la mente.
¿Qué encontraremos en su estudio?
Pintura, pinceles, papel, arcilla, discos duros, escáneres, impresoras, juguetes, libros… Cada cosa una extensión diferente de mi mente.
Descríbanos su proceso creativo, sus rutinas de trabajo.
Empiezo a trabajar, trabajo, termino de trabajar… Trabajo intuitivamente dejando mis manos crear antes de que mi mente tenga tiempo de pensar en ello. En ese sentido el ordenador es perfecto para mí gracias al flujo constante y la gran variedad de opciones, más fluido que la pintura ya que no necesitar planear o diseñar, puedes dejar a tu energía creativa guiar el proceso. Trabajo todos los días, a veces ratos muy largos, otras veces muy cortos, pero trato de hacer algo todos los días.
Susan Sontag dijo de la lírica muestra un gran interés por el artificio y la comicidad, en la frontera del buen gusto. ¿Qué piensa de esta frase?
No discutiré con ella, ya que estoy de acuerdo con su opinión de que el arte es menos importante que el sentimiento. Hablemos de color, de su elección de tonos pastel, brillantes, dorados…Me gustan todos los colores y estoy seguro de haberlos usado todos. Paso a través de etapas en las que prefiero tonos pastel y luego otros muy oscuros que se mutan en tonos más terrosos. Respondo a procesos intuitivos y dejo que los colores evolucionen.
¿A qué artistas admira usted?
A todos ellos. Admiro el proceso de creatividad. Somos una especie creativa y es divertido ver lo que los humanos somos capaces de hacer cuando creamos. Hay muchísimos artistas famosos y es maravilloso ver sus trabajos, pero encontramos igualmente muchas formas de creatividad humanas que nunca estarán en un museo o en una galería. Hay un coche muy cerca de donde yo vivo que no se ha movido de su lugar en 20 años y alguien decidió sembrar en él y plantó flores en su interior y veo ese coche todo el tiempo y me encanta: es una especie de maceta gigante que me hace reír. Algún día se lo llevarán de allí pero hasta entonces me inspira profundamente.
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