"Si no hubiese podido participar del mundo de los cuentos y si no hubiese podido inventarme mis propios mundos, me habría muerto". Ana María Matute, miembro de la Real Academia de la Lengua, hablaba así en una entrevista a ABC en 2010, sobre su pasión literaria. Una vida dedicada a las letras que nos ha dejado novelas y cuentos que ya forman parte de nuestra memoria colectiva. La autora catalana decía de sí misma que era una escritora esencialmente realista, cuya prosa resultó muy marcada por las vivencias de su infancia, momento en el que estalló la Guerra Civil, y también por sus años de juventud.
Ana María Matute alcanzó sus mayores éxitos gracias a sus relatos cortos y cuentos infantiles, además de por su obra narrativa. Su trilogía Los mercaderes, integrada por Primera Memoria (1959), Los soldados lloran de noche (1963) y La trampa (1964), es una de las partes más conocidas de su trabajo. A Matute le gustaba escribir sobre los seres humanos, sobre la evolución de las personas. Sus historias acerca de la inocencia infantil y el difícil paso a la realidad de la vida adulta consiguieron dejarnos con las emociones a flor de piel.
Tras unos años de silencio literario, en 1996 publica Olvidado rey Gudú, otra de sus obras más aclamadas. Su última novela publicada, Paraíso inhabitado (2009) narra la historia de una niña que nos envuelve en un espacio infantil que comienza a contaminarse por la crudeza de la vida. Además, la escritora acababa de entregar a la Editorial Destino su última obra, Demonios familiares, que podría ver la luz el próximo septiembre.
Ana María Matute fue también la tercera mujer en ocupar un asiento en la Real Academia, en la que ahora deja vacío su asiento con la letra K. Hace tan solo unos meses que la autora entregaba el Premio Nadal de literatura en su ciudad natal. También hace apenas dos meses, la ganadora del Premio Cervantes 2014, la mexicana Elena Poniatowska, se refería a la autora catalana como uno de los referentes femeninos de la literatura en castellano. La pluma de Ana María Matute se ha ido dejando su huella imborrable sobre el papel en un año en el que, por desgracia, hemos despedido ya a varios símbolos de la literatura del siglo XX.
LETTER
Puede interesarte...
- Maruja Torres. "Hay que ser aguda y mala"
- Antonio Gala: "La vida es estarse muriendo"