La singularidad de estas pinturas recae en las similitudes que presentan con las técnicas utilizadas en el arte ruso del siglo XIX. Y su máximo contraste es la diferencia entre unos cuadros que emulan a épocas pasadas, con otros en los que se observan mujeres urbanas de la actualidad.
Las sábanas son el principal recurso de esta obra, mujeres semidesnudas cubiertas con telas que esconden partes clave de su cuerpo. Todas ellas aparecen en su mayoría dormidas o con expresión de calma y tranquilidad. La sensualidad de estas pinturas choca con el romanticismo que asimismo transmiten con los colores pastel que se utilizan.
Serge Marshennikov sabía desde muy pequeño a lo que se quería dedicar y, alentado por su madre, consiguió su objetivo: ser pintor profesional. Así lo demuestra con los numerosos premios que ha recibido por sus obras de acuarela y pinturas pastel. ¡No pueden ser más bonitas!
LETTER
Además:
Del lienzo a la vida urbana, las pinturas renacentistas toman la calle
11 grandes escritoras que tuvieron que hacerse pasar por hombres para triunfar