A medida que nos hacemos adultas, la opinión que tienen los demás sobre nosotros nos cala hondo. Y un día nos preguntamos ¿somos tan guapas como nos decía nuestra abuela, tan tremendas como nos decían las monjas o tan atrevidas como nos decían nuestras amigas?
Personalmente me ha costado media vida saber cómo soy y aún estoy aprendiendo. Con el tiempo y a base de errores, soledades, triunfos y decisiones, te das cuenta de dónde están tus límites, de tu fuerza, de tus talentos y aprendes a tener una mirada más bondadosa contigo misma. Y a no luchar contra nada, porque los demonios nos los creamos nosotras mismas y con la misma facilidad podemos hacerlos desaparecer.
Las mujeres vivimos bajo la presión de la mirada de los otros
Desde la cuna tenemos la presión de ser de una cierta manera, y al crecer, los medios audiovisuales, las películas, los libros, la publicidad, la moda, nos marcan la pauta de cómo debemos vernos para tener éxito en el amor o en la sociedad.
Si no encajamos en ningún modelo, la rebeldía es nuestra única arma. Nos volvemos adolescentes bordes, nos teñimos el pelo, hacemos todo lo contrario de lo que se espera de nosotras, sólo con la intención de ver cuál es el límite y para reafirmar que somos únicas y originales y que no nos parecemos a ninguna otra. Pero, hoy y ahora, ¿sabes quién eres?
Consejos para conocerte mejor
- Sal de tu zona de confort. Olvídate de lo conocido y viaja a algún lugar que te haga ilusión conocer. Pasar tiempo en soledad y desenvolverte resolviendo retos, nos hace darnos cuenta de qué cosas nos gustan y de qué somos capaces.
- Pregúntate si estás hoy dónde quieres estar, si estás trabajando en lo que te gusta, si eres feliz con tu pareja, con tus relaciones. Si la respuesta es negativa, haz todo lo que esté en tu mano para empezar a enderezar las cosas.
- Realiza actividades que no sean útiles, sólo divertidas. Ríete, siente qué te emociona, y vívelo con pasión.
- Renueva tus gustos. Prueba alimentos nuevos, nuevos perfumes, nuevos idiomas. Escucha músicas nuevas, siente qué te produce y disfrútalo. Los cambios nos hacen más adaptables y aprender cosas nuevas nos enorgullece.
- Mantén la coherencia entre tu corazón y tu mente. No tomes decisiones pensando en lo que conviene a los demás, porque eso es práctico, pero no da la felicidad.
- Los limites están en tu cabeza. Aprovecha la vida, su realidad y su magia para hacer todo lo que te haga ilusión.
Volver a la Matrix
En la actualidad hay un movimiento creciente en busca de la autenticidad. De volver a la matrix, a mirarnos hacia adentro y decirnos “Hola ¿estás ahí?”.
La necesidad que tenemos como seres humanos de ser aceptados y amados, debería empezar por nosotras mismas. Tomar el tiempo con calma, sopesar las decisiones que tomamos, saber el por qué de las cosas. Si puedes sentarte un momento y pensar por qué haces las cosas cómo las haces, tal vez puedas averiguar algo sobre ti misma.
Las personas somos tan complicadas como queramos serlo, porque al final, la vida es sencilla.
· Si amas, dilo.
· Si no te gusta, cámbialo.
· Si echas a alguien de menos, llámale.
· Si no te conviene, déjalo
· Si quieres, puedes.
Podemos poner mil excusas, pero todas nosotras podemos ser y hacer lo que queramos con nuestra vida. Para ello tenemos que tener valentía y coraje, y no sólo para saber quiénes somos, sino incluso para entender que nos hemos equivocado.
La terapia nos ayuda a desenredarnos cuando estamos emocionalmente liados, la quiropráctica nos ayuda a que nos llegue el riego a la cabeza para sentir la vida con plenitud y poder tomar decisiones de una forma más clara.
El yoga, el Pilates, o el deporte en general, te enseña cuáles son tus límites. La meditación hace que puedas sentir las cosas con más conciencia.
La vida es como un gran buffet, sólo depende de ti escoger lo que sientes que más te conviene para encontrar esa paz interior que sólo se alcanza con el auto conocimiento. No tengas miedo de mirarte por dentro: eres tu mejor amiga, sólo tienes que escucharte y hacerte caso, por fin.
Articulo elaborado en colaboración con Roser de Tienda, doctora quiropráctica con especialidad en salud de la mujer y los niños.
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