¿Eres de las que echa humo cuando alguien se te cruza en un atasco? ¿Tu presión arterial se dispara cuando tu hijo no quiere obedecerte?
Si algo aprendemos con el paso del tiempo es que la ira, al igual que el resto de las emociones, es una emoción totalmente normal e incluso saludable. No obstante, es muy importante tratarla de forma adecuada, ya que un mal humor descontrolado puede afectar no solo a tus relaciones sociales, sino a tu propia salud.
¿Estás lista para aprender a controlar tu ira? Empecemos por considerar estos consejos:
1. Tómate un tiempo de descanso
Los tiempos de descanso no son sólo para niños. Y es que tomarse breves momentos de respiro durante algunos momentos del día que tienden a estresarnos puede ayudar mucho. Unos momentos de calma pueden ayudar a sentirnos mejor, más preparados para manejar aquello que está por venir sin enfadarnos ni irritarnos.
2. Haz algo de ejercicio
La actividad física puede ayudar a reducir el estrés, causante principal de los enfados. Si sientes que tu ira y tu mal humor están en aumento, sal a correr o caminar a paso ligero. Trata de distraer tu mente en actvidades físicas que te resulten agradables.
3. Piensa antes de hablar
Con el calor del momento es muy fácil decir cosas de las que luego, probablemente, acabes arrepintiéndote. Tómate unos minutos para organizar tu cabeza antes de decir algo. Asimismo, permite que las otras personas involucradas también puedan hacer lo mismo.
4. Una vez tranquila, expresa tus sentimientos
Tan pronto como estés pensando con claridad, expresa las razones de tu frustración de forma asertiva sin buscar la confrontación. Explica cuáles son tus inquitudes y tus necesidades de la forma más clara posible, sin dañar a los demás ni tratar de controlarlos.
5. Quédate con las declaraciones "YO"
Para evitar las críticas negativas o la culpabilización de terceros, lo cual sólo puede aumentar la tensión, trata de usar las frases con "yo" para resolver el problema. Sé respetuosa y pacífica.
6. No guardes rencor
El perdón es una herramienta muy poderosa. Si dejas que la ira y otros sentimientos negativos te superen, es posible que acabes atrapada en tu propia amargura. Si ambos podéis perdonaros, aprenderéis de la situación y conseguiréis fortalecer la relación.
7. Busca posibles soluciones
En lugar de centrar todos tus esfuerzos en recordar lo que te hizo enfadar, trabaja para resolver el problema. ¿Tu compañera de piso se ha vuelto a dejar los platos sin fregar? Cierra la puerta de la cocina. ¿Tu mejor amigo llega siempre tarde? Dile que quedáis 30 minutos antes de la hora. Recuerda que la ira no es la solución.
8. Practica habilidades de relajación
Cuando estalle tu temperamento, o sepas que está a punto de hacerlo, pon en práctica habilidades de relajación. Practica ejercicios que requieran una respiración profunda y trata de imaginar una escena relajante. Puedes escuchar música, hacer yoga o escribir en tu diario. Todo lo que sea necesario para fomentar la relajación será de utilidad.
9. Aprende a pedir ayuda
En ocasiones, aprender a controlar la ira es un desafío para todos. Si tu ira parece estar fuera de control, busca ayuda. Un profesional puede ayudarte a buscar un remedio antes de que el temperamento nos lleve a hacer cosas de las que luego nos arrepintamos e, incluso, de hacer daño a quienes nos rodean.
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