Aprender a defender nuestro espacio es una de las claves para nuestro bienestar, y más si trabajamos desde casa.
La manipulación suele venir de forma sutil del entorno más cercano y pasar inadvertida y, a veces, resulta difícil darse cuenta: que si tienes tiempo para dormir más, para hacer recados a la familia, para ir a comprar, etc… Si te sientes culpable por decir no, estás incómoda contigo misma y eso hace que renuncies a tu organización, a tu horario laboral, a tus valores, y objetivos para satisfacer a otros en un horario destinado al trabajo, es el momento de que cambies esta perspectiva.
Claves para defender tu espacio y lograr mayor bienestar y rendimiento
- No esperes a desesperarte y asume que tu autonomía emocional y mental solo la puedes hacer tú, por ti misma.
- Evita la separación entre lo que te dice la mente y lo que te dice tu cuerpo.
- Aprender a decir no. Primero es tu bienestar, tus decisiones y luego la petición de los demás.
- ¡Acéptate tal y como eres! Expresar tus pensamientos y sentimientos de forma libre es liberador.
- Asume que no puedes complacer a todos y que buscar la aprobación es ir a contracorriente de tu voluntad y tus deseos.
- Deja de buscar el consejo de otros en asuntos que solo dependen de ti. Trabajar desde casa requiere de mucha constancia y fuerza de voluntad.
- No eres enemiga de nadie por no estar disponible en tus horas dedicadas a trabajar.
- En caso de tener a gente a tu alrededor en tus horas laborales (pareja, hijos, padres…) intenta destinar un par de días a la semana a trabajar fuera: puedes optar por un espacio coworking (lo que supone un coste) o la sala de ordenadores de la biblio (que es gratis).
- No olvides tu salud mental, tu tiempo de “recreo” para oxigenar la mente. Si no quieres salir de casa, haz estiramientos unos minutos y dedica otro ratito a tumbarte con las piernas en alto. También puedes dedicar una canción cañera a bailar sin vergüenza, con buenos saltos y movimientos enérgicos.
Sobre todo, ¡no dependas de los demás! Asume que eres responsable de tus decisiones y has decidido trabajar desde casa. Para ello, te puede ayudar:
- Hacer un listado de situaciones y tareas que puedes hacer tú o que dependes de colaboración.
- Analizar que cambios pospones por miedo.
- Esforzarte en decir lo que necesitas en ese momento, de modo claro y sincero.
Aunque te sientas diferente, juzgada de un modo negativo, no dejes de ser como eres y seguir adelante con tu decisión, con tu trabajo, con tus objetivos. Revisa la importancia de lo que puedes y no puedes cambiar para planificarte, para ser tú misma, para trabajar con ánimo, sin sentirte obligada a hacer lo que no quieres, a quien no sientes.
Y trabajes o no desde casa, ya sabes que con la llegada de esta época del año, la depresión postvacacional suele estar muy presente en nuestras vidas. ¿Qué te parece tomártelo con humor y hacer este test?
Artículo elaborado en colaboración con Yolanda Fortes de www.yolandafortes.com.
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