Posiblemente no os hayáis planteado nunca la inmensa cantidad de energía que empleamos por el simple hecho de no aceptar lo que Es Ahora. Puedes desear que en el futuro las cosas sean diferentes, trabajar para ello, pero no sin antes aceptar que, en este momento, las cosas son como son.
Desde que se produjo el Big Bang, hace unos 13.800 millones de años, el Universo ha estado evolucionando hasta llegar aquí, ahora, a este preciso y precioso momento. Lo extraordinario es que, si el universo se hubiese formado de un modo sólo un poco diferente, si la gravedad fuese una fracción más fuerte o más débil, o si la expansión hubiese sido sólo un poco más lenta o más rápida, nunca podría haber habido elementos estables para hacernos a ti, a mí y el suelo en que nos apoyamos… ¿De verdad alguien puede pensar que este momento, sea el que sea, no es perfecto como es?
Puedes desear que en el futuro las cosas sean diferentes, trabajar para ello, pero no sin antes aceptar que, en este momento, las cosas son como son.
“Pero, ¿cómo va ser perfecto este momento en el que me acaba de dejar mi pareja?” “¿cómo voy a aceptar que me han despedido?”. Efectivamente ha sucedido. Precisamente porque eso Es así, lo único que puedes hacer para mantener tu energía y utilizarla para salir de ahí es aceptarlo. Aceptar lo que Es te aporta paz inmediata, y desde ahí, puedes plantearte: ¿Puedo hacer algo? ¿Cómo puedo ayudarme y ayudar a los demás? ¿Cómo puedo hacer que las cosas sean más favorables en el futuro?
Aceptar no significa resignarse, ni rendirse, ni renunciar, ni quedarse sin hacer nada, ni ser un “pasota”, ni mostrar indiferencia. Aceptar significa tener la humildad de reconocer que este momento es así, como es, y que debe ser perfecto, aunque no lo entendamos. De este modo, podremos analizar y aprender de lo vivido, y mantener toda la paz y energía necesarias para que, en adelante, las cosas vayan mejor.
Aceptar significa tener la humildad de reconocer que este momento es así, como es, y que debe ser perfecto, aunque no lo entendamos.
Si has decidido que lo que quieres conseguir es un trabajo que te apasione, que te aporte y en el que sientas que aportas, y te descubres quejándote de la precariedad del mercado laboral y lo difícil que está todo, es decir, llevando tu atención a “lo que debería ser” … ¡obsérvate! Nada más, no te juzgues, simplemente dite a ti misma, ¿estoy aceptando la situación? ¿o me ha secuestrado lo que debería ser? ¿en qué estoy perdiendo mi energía?
Si no aceptamos, entraremos en un círculo vicioso que no sólo no aporta nada, sino que nos retiene, limita y llega a enfermar. Aquello que sucede y no aceptamos, lejos de desaparecer de nuestra vida, parece repetirse una y otra vez ...
Si no aceptamos lo que Es, nos sentiremos impotentes, víctimas de la vida, sin apreciar los valiosos aprendizajes que esconden todas las situaciones. Iremos acumulando resentimiento, culpa, sentimientos que nos enajenan e impiden cualquier posibilidad de evolucionar y ser feliz.
Acepta tu situación, ahora, sea la que sea. Y comprueba por ti misma cómo, desde ahí, resulta muchísimo más fácil cambiarla.
Artículo realizado por Úrsula Calvo Casas, creadora del método Yo ahora, instructora de meditación, experta en Inteligencia Emocional y fundadora del Úrsula Calvo Center (Madrid)
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