Todo el mundo comete errores, y quienes salen adelante son los que han aprendido la lección. Como dice el célebre proverbio: “Los más fuertes no son los que no caen nunca, sino los que siempre se levantan”. Cada etapa de la vida tiene sus sobresaltos, buenos y malos. Por ello hay que prepararse para ser fuerte ante cualquier situación.
Ten perspectiva
En lugar de reaccionar negativamente, hazte algunas preguntas. ¿Por qué me ha dicho eso? ¿Qué ha ocurrido? ¿He trabajado suficiente en este proyecto? Quizá la persona que te ha criticado quería que tomaras conciencia de tu error, con el fin de que no volvieras a cometerlo en un futuro. Escucha, pues, la crítica e intenta entenderla, pidiendo a tu interlocutor, por ejemplo, que clarifique sus declaraciones. Así valorarás si su comentario tiene voluntad de hacerte daño o si bien es un medio para resolver un problema.
Mantén la calma
Las emociones no tienen que prevalecer. No empeores la situación enfadándote. Es un comportamiento humano pero no aporta nada y es una pérdida de tiempo y de energía. Ante el comentario, ya sea fundado o no, lo mejor es permanecer abierto y por qué no, demostrar al otro que es él quien está equivocado. Adoptando una actitud tranquila te será más fácil dialogar con un interlocutor crítico. La conversación será entonces más productiva para los dos, las cosas se resolverán más fácilmente.
Busca una solución
No adoptes una actitud pasiva, o peor, no te encierres en ti misma. Enfermar, sentirse incomprendida y víctima no lleva nunca a nada. Acaban de echarte algo en cara, así que demuestra que sabes cuestionarte para progresar. Evalúa los problemas a corregir. ¿Se te reprocha una falta de rigor? ¡Esfuérzate en hacer las cosas en profundidad! ¿Demasiado ingenuo? Sé más reflexiva.
LETTER
Por el contrario, si la crítica es infundada y el único objetivo que tiene es el de herirnos, no pierdas el tiempo. Aclara las cosas con la persona implicada o ignórala.