Al parecer, el origen de las obleas se remonta al Renacimiento donde solo estaba al alcance de las clases más altas, como la aristocracia y la alta burguesía. Además, se servía como postre cuando hacían alguna celebración. Actualmente, las obleas son consumidas en prácticamente todo el mundo, aunque su popularidad es mayor en Sudamérica.
El éxito de la oblea reside en que es apta para prepararla con rellenos de todo tipo y sabores. Dependiendo de cómo sea este relleno, la oblea puede convertirse en un aperitivo salado o en un postre si optamos por un relleno dulce. Las obleas resultan ideales combinadas con leche merengada, chocolate o dulce de leche.
Esta versatilidad las hacen ideales para consumirlas como merienda, comida o cena en función de su tamaño, relleno y cantidad. Si una vez que las prepararas, ves que sobra masa y no vas a hornearla, ¡no la tires! Recuerda que puedes congelarla y utilizarla en otra ocasión. Hay muchas versiones de la receta de la oblea, pero te traemos una muy sencilla con la que triunfarás y podrás experimentar con distintos rellenos. Se nos hace la boca agua…
Receta de la oblea
Ingredientes para hacer la oblea:
- 300 g de harina
- 100 cl de agua tibia
- 90 g de aceite de oliva virgen extra
- 1/2 cucharadita de sal
- 10 g de levadura fresca Levital
Preparación de la oblea:
Para empezar, cogemos un bol y tamizamos la harina para que no queden grumos. A continuación, le añadimos la levadura fresca que podemos desmenuzar con las manos y una pizquita de sal. Cuando hayamos removido bien esta mezcla, incorporamos el agua tibia y el aceite de oliva.
Amasamos estos ingredientes hasta que estén perfectamente integrados. Cuando lo hayamos conseguido, dejamos reposar la masa durante una hora para que la levadura actúe y aumente su volumen.
Una vez que la masa ha fermentado, espolvoreamos la encimera con harina y extendemos la masa con ayuda de un rodillo hasta conseguir una capa fina. A continuación, cogemos un vaso o algún molde redondo y vamos haciendo porciones de forma redondeada en la masa. Mientras tanto, vamos precalentando el horno.
Cuando tengamos todas las porciones listas las colocamos en una bandeja y metemos las obleas en el horno a 120°. Cuando veas que las obleas están dorándose es el momento de sacarlas. ¡Bon appetit!
3 recetas de rellenos
Pero, ¿qué es una oblea sin su relleno? Las obleas nos permiten un sinfín de posibilidades de relleno. Te aconsejamos que dejes volar tu imaginación y pruebes mezclando ingredientes. En Levital te proponemos tres ideas de relleno pensadas para una cena por el aporte nutricional de sus ingredientes. ¡Toma nota!
1. Relleno de pavo y queso. Extendemos sobre la oblea queso rallado. Cogemos un par de hojas de lechuga y las colocamos sobre el queso. A continuación, añadimos un par de lonchas de pechuga de pavo, unas rodajas de aguacate y sazonamos con un poco de sal y unas gotitas de limón. Cuando esté listo, enrollamos la oblea sobre sí misma y ¡listo para comer!
2. Relleno de pollo con verduras. Cortamos en trocitos pequeños una cebolla y medio diente de ajo y lo ponemos a pochar en la sartén. A continuación, añadimos un pimiento rojo y un verde bien picados y los rehogamos. Por último, incorporamos los trocitos de pollo y una pizca de sal. Cuando ya estén sofritos, podemos rellenar nuestra oblea. Debes de tener en cuenta que el relleno acabará de hacerse en el horno, con la oblea.
3. Relleno de espinacas, champiñones y queso. En una sartén con aceite, salteamos las espinacas, la cebolla y los champiñones en aceite de oliva. Cuando estén rehogados, los servimos sobre la oblea y añadimos el queso. En este caso, podemos terminar la receta en el horno para así que el queso termine de fundirse.
Las obleas pueden hacerse de dos maneras, horneadas con el relleno o haciéndolo por separado. En la primera opción, colocamos la oblea en la bandeja del horno y le añadimos un poco de relleno. A continuación, la tapamos con otra oblea y la sellamos con ayuda de un tenedor, como si fuera una empanadilla. El relleno acabará de cocinarse con la oblea durante el tiempo que esté en el horno. Te proponemos organizar una cata sorpresa de obleas. Como no vemos el interior su contenido será secreto y será muy divertido poner a prueba a nuestros invitados.
La segunda forma de comerlas es que horneemos las obleas por separado. Cuando estén hechas, las sacamos del horno y las dejamos enfriar. Una vez que hayamos preparado el relleno, cogemos una oblea y añadimos un poco de relleno. Después, enrollamos la oblea sobre el relleno y tenemos un rulito delicioso.
No importa qué opción elijas para comer las obleas, ¡de las dos formas están deliciosas! Recuerda que puedes probar con diferentes rellenos, más ligeros o contundentes, dependiendo de si quieres adaptar las obleas a un aperitivo o un plato principal.
Contenido elaborado en colaboración con Levital
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